En enero, la publicación oficialista Cubadebate daba a conocer que 84 ómnibus donados por Japón llegaban a La Habana como parte de un proyecto de desarrollo para la ciudad y el mejoramiento del transporte en la capital cubana.
Algunos de estos autobuses fueron destinados a la terminal de Guanabo, al Este de La Habana, localidad con mucho flujo de personas por ser una conocida playa.
Pero, desde que comenzaron a brindar servicios las guaguas japonesas, no cesan las críticas. Entre los señalamientos está que son muy altas, lo que imposibilita el acceso a personas ancianas o discapacitadas.
Acerca del tema, la activista María Elena Mir Marrero, quien este miércoles intentó abordar el ómnibus que cubre la ruta 400 entre Guanabo y La Habana, relató a Radio Martí su experiencia al respecto.
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Autobuses donados por Japón no resuelven problemas de transporte
"De la acera al primer escalón hay 20 centímetros como mínimo, y del primer al segundo escalón, 60 centímetros, mínimo. Se cayó un viejito ahí mismo, al lado mío, vaya. Ahí mismo renuncié", dijo Mir Marrero.
Usuarios de las redes sociales también han expresado su descontento con el servicio. En la página de Facebook "Amigos de Playa Guanabo", Arley Malgrat manifestaba: "Aquí les enseño cómo hay que bajarse de las guaguas nuevas", y publicaba una foto con un montaje donde dos personas se tiraban en paracaídas desde los escalones.
Otra usuaria de Facebook escribía: "Están muy altas y no sólo para los ancianos, también para los que tengan problemas en las rodillas".
Según Mir Marrero, los ómnibus japoneses no tendrán larga vida: "Están diseñadas para un país donde el transporte sobre y estas guaguas pasen cada dos o tres minutos. Ahí no caben las personas", alegó la activista habanera.
A la demora en los servicios también se hace referencia en la mencionada página de Facebook. Quien se identifica como Jorge Trujillo, escribió hace sólo dos días: Pésimo inicio de servicio del paradero de Guanabo con las nuevas guaguas japonesas; 40 minutos sin salir de una ruta A-40".
Radio Martí intentó comunicarse en varias ocasiones con la terminal de ómnibus de Guanabo, pero todo el tiempo dio ocupada la línea.