Cubanos debaten la eutanasia incluida en la nueva ley de salud

Enfermos en los pasillos del hospital de Cárdenas, Matanzas. (Captura de video/Reuters).

Cuba aceptó la eutanasia para personas que están en fase terminal y de agonía, después de la aprobación, el viernes, de la nueva Ley de Salud Pública.

Pocos países han aprobado la eutanasia o el suicidio asistido. Entre ellos están Suiza, Países Bajos, Luxemburgo, Canadá, Australia, España, Alemania, Nueva Zelanda y algunos estados de Estados Unidos. En América Latina, Colombia es la única nación que permite esta práctica.

El procedimiento estará dirigido "a personas con enfermedades crónicas degenerativas e irreversibles, con un sufrimiento intratable, que se encuentren en fase agónica o terminal de vida o que hayan sufrido lesiones que los coloquen en esta condición".

“Sería muy conveniente definir a grandes rasgos lo que es eutanasia: es matar sin dolor, y deliberadamente, mediante acciones de apariencia médica, todo lo cual implica un profundo dilema ético, un conflicto muy difícil de resolver: de un lado está el derecho que tiene un individuo a terminar su vida por razones bien justificadas, y del otro lado, está el deber de nosotros, los médicos de salvar la vida, a toda costa, y de aliviar todo el sufrimiento y el dolor, preservando la vida del individuo”, indicó desde Velasco, Holguín, el doctor Eduardo Cardet.

“Es algo que ha sido introducido por el régimen como una novedad, quizás para dar la apariencia de que está a tono con una tendencia que existe actualmente en muchas naciones del primer mundo, pero no es, de hecho, un planteamiento de las grandes mayorías del pueblo cubano, quizás hay algunas individualidades en Cuba que sí que han hablado del tema, pero nada más. Tampoco ha existido un proceso de consulta ni nada por el estilo”, recalcó el galeno y activista de derechos humanos.

El Ministro de Salud de Cuba, José Ángel Portal Miranda, destacó tras la aprobación de la ley que el grupo redactor del instrumento jurídico promovió acciones de divulgación y hubo 64 consultas colectivas en el país.

La normativa aprobada por la Asamblea Nacional del Poder Popular entrará en vigor cuando se apruebe una regulación para su aplicación.

“Una de las desventajas de la eutanasia es que es un fenómeno que empieza siendo excepción y puede terminar convirtiéndose en una alternativa normal, cometiéndose abusos y actualmente existe un sinnúmero de formas terapéuticas y de fármacos para controlar el dolor y para asistir de manera paliativa a las personas con enfermedades terminales, pero ya no sabremos si, en definitiva, es que no hay solución a ese individuo a la luz de la ciencia médica y de los recursos actuales que existen a nivel global o es una carencia propia o típica del sistema fallido de salud de Cuba”, subrayó Cardet.

Al respecto, Jorge Armando Hechavarría Méndez, un residente de la barriada de Luyanó en La Habana, consideró que las autoridades de la Isla “se están atribuyendo facultades que yo creo que solo le corresponden a Dios”.

“El Estado ha aprobado la eutanasia, pero la población, en ningún momento ha dado su consentimiento. Se reunieron ellos y lo aprobaron de manera unilateral y eso va a traer como consecuencias que las personas mayores y desvalidas y que no tienen recursos, los van a dejar morir, pero eso ya está sucediendo hace mucho tiempo, ahora quieren darle un viso legal a una situación que se está dando en Cuba desde hace alrededor de 8 ó 10 años”.

“Las personas sin recursos están muriendo porque no tienen medicinas porque tampoco existen en los hospitales o los equipos adecuados para el tratamiento de las personas más vulnerables, como le dicen ellos a los miserables. Van a seguir muriendo sin ningún tipo de tratamiento, eso solo lo están haciendo para justificar la ineficiencia de ellos, pero yo estoy seguro que con los familiares de ellos no van tomar esa determinación”, remarcó Hechavarría Méndez.

Desde el punto de vista religioso o existencial, “es un atentado directo a la sacramentalidad de la vida, el derecho a vivir es algo que está por encima de la voluntad de las personas”, apuntó Cardet.

La Iglesia Católica cubana aún no se ha pronunciado sobre la inclusión de la eutanasia en la nueva ley de salud, pero es conocida su oposición en esta materia, igual que en el resto del mundo.

“Nosotros defendemos el derecho de la persona a la vida, la vida es sagrada, la vida nos la da Dios desde el momento de la concepción hasta el momento del fin natural. Por lo tanto, cualquier modalidad de eutanasia o suicidio asistido o cualquier manera de ponerle fin a la vida contra los planes de Dios, contra el fin natural, es inmoral. Nosotros pensamos que, por otra parte...hay que ayudar a que los mayores y los enfermos se sientan tan amados que no deseen la muerte”, precisó el padre Rolando Montes de Oca, de la Arquidiócesis de Camagüey.

“Nos preocupa muchísimo el hecho de que estas leyes van generando una cultura de muerte que a la larga hacen que la persona enferma o mayor se llegue a sentir un estorbo o un peso en la sociedad, cosa que nunca debería ocurrir. Entonces, antes de aprobar leyes o promover esto tendríamos que empeñarnos en dar mejor calidad de vida, en acompañar mejor, en amar y en hacer que las personas, nunca se sientan por ningún motivo un estorbo o un peso”, precisó el sacerdote católico.

El papa Francisco ha reafirmado, en varias ocasiones, su oposición a la eutanasia, asegurando que "no se juega con la vida".

El reverendo Alejandro Hernández Cepero del ministerio Aliá del Regreso al Buen Camino, que tiene su feligresía en la comunidad La Palma del municipio capitalino Arroyo Naranjo, subrayó que “nadie tiene el derecho de quitarle la vida a otra persona, ni de quitársela a sí mismo”.

“Aprobar la eutanasia en Cuba es otra de las caretas que se está poniendo el régimen para manipular la opinión pública internacional y a las pocas personas que aún creen que el gobierno hace cosas para beneficiar al pueblo. El régimen quiere mostrarse como un estado vanguardia en la Salud”, puntualizó el pastor.

La Ley de Salud Pública, que reemplaza a la vigente de 1983, descarta cualquier tipo de práctica privada de la medicina o instituciones de seguro.

En tal sentido se justifica en el Artículo 46 de la Constitución, que reconoce la salud como uno de los derechos de los cubanos, y el Artículo 72 que establece que es “responsabilidad del Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, protección y recuperación”.

“El régimen cubano ha prometido proporcionar cuidados de salud de determinada calidad, pero el problema surge cuando hay que cumplir con esas promesas, partiendo de la realidad actual, el estado calamitoso que está el Sistema Nacional de Salud. Lo más lógico es dudar de que eso sea posible”, señaló Cardet.

“Como siempre, ellos se mantienen en el control absoluto de esos servicios clave como es salud y educación. En cuanto a la Salud Pública, niegan el servicio legal y amplio de la medicina privada, que no es que sea la solución, pero sí una alternativa para crear un sistema de salud que contemple todas las posibilidades y donde exista un amplio desarrollo de los servicios de salud”, agregó.

En coincidencia con lo declarado por el doctor Cardet, el habanero Hechavarría Méndez opinó que el Estado cubano no garantiza una atención adecuada en la Salud Pública.

“La ley para nada refleja la realidad cubana porque hace mucho tiempo que la medicina dejó de ser gratuita en este país. El que no tiene dinero, o no tiene familia en el exterior que le mande los medicamentos, no puede ponerse un tratamiento efectivo. En el caso de mi mamá, me dijeron busca el metronidazol, es decir, por mis medios. No fue la atención adecuada y mi mamá falleció”.

La madre de Hechavarría Méndez, Delia Rosa Méndez Calzadilla, de 79 años, tuvo que ser ingresada en el hospital Miguel Enríquez, conocido como La Benéfica, donde falleció tres días después, sin que los médicos precisaran la enfermedad que la condujo a la muerte.

Del mismo modo piensa el contramaestrense Néstor Cintra: “Perdí, por negligencia médica, una hermana enferma de cáncer. Pero aún estuviera en agonía por su enfermedad, yo no hubiera permitido que se le aplicara la eutanasia. Nadie está capacitado para ordenar ni quitarle la vida a nadie”.

En las redes sociales los internautas han debatido sobre el método de muerte asistida aprobado, como este comentario de José Valdés: “Menos bocas que alimentar y enfermos que atender, será un gran ahorro de recursos y dinero, muy pragmático dadas las circunstancias”.

En tanto que Abdel Oviedo escribió que “es la ley más humana y digna que puede existir. Yo la apoyo con las dos manos”.

El usuario Roberto Cruz le respondió a Oviedo, “eso es muy importante, pero más importante y necesaria es una ley que blinde el derecho de los cubanos a tener una vida digna ".