Médicos cubanos aburridos en Guinea

  • Agencias

Dos miembros de la Brigada Médica de lucha contra el virus ébola en Guinea Conakry.

En Guinea, donde comenzó el actual brote, 37 médicos, enfermeras y epidemiólogos cubanos se pasean por la piscina del hotel y realizan reuniones diarias para levantar la moral, amontonándose frente a una computadora.

Los médicos cubanos llegaron llenos de bríos, ansiosos por ponerse manos a la obra. Fidel Castro había elogiado su compromiso y los había exhortado a trabajar incluso al lado de soldados estadounidenses que podrían ser considerados enemigos, en tanto que el general Raúl Castro los despidió en el aeropuerto cuando partieron hacia África Occidental para ayudar en la lucha contra el ébola. Eso fue hace más de dos meses.

En Guinea, donde comenzó el actual brote, 37 médicos, enfermeras y epidemiólogos cubanos se pasean por la piscina del hotel y realizan reuniones diarias para levantar la moral, amontonándose aburridos frente a una computadora para aprender más sobre el tratamiento del ébola y probarse sus trajes y máscaras protectoras.

"Pensábamos que llegaríamos un día y estaríamos trabajando al día siguiente, pero la realidad es muy diferente", comentó el líder del equipo cubano, doctor Carlos Castro, a la Associated Press en Conakry, la capital.

El problema es la capacitación, explicó. Los 256 cubanos enviados a África Occidental a principios de octubre habían tomado cursos por semanas en Cuba. Pero deben recibir otras dos o tres semanas de clases intensas en un centro para el tratamiento del ébola, trabajando incluso con pacientes, según Castro.

Funcionarios locales explican que el lenguaje ha sido una de las barreras que han encontrado, ya que los cubanos hablan español y los nativos francés.

Hasta ahora, solo Médicos Sin Fronteras ha capacitado personal médico en Guinea sobre el tratamiento de pacientes con ébola sin que nadie resulte infectado.

Hacia fines de noviembre, 622 trabajadores del campo de la salud habían contraído el virus del ébola y 346 habían muerto, según la Organización Mundial de la Salud.

Uno de los cubanos que vinieron a Guinea falleció a menos de un mes de su llegada, poco antes de cumplir 60 años, pero no murió de ébola. Jorge Juan Guerra Rodríguez falleció de malaria, de acuerdo con Castro.

Médicos Sin Fronteras, que asumió un papel de liderazgo en el tratamiento de los pacientes desde el estallido de la epidemia, se queja desde hace tiempo de que no da abasto. Hace tres meses pidió a los países con capacidad de respuesta a desastres biológico que interviniesen urgentemente y "despachasen personal capacitado". La semana pasada advirtió sobre una respuesta inadecuada "agravada por serios cuellos de botella en cuanto a personal".

Los gobiernos de otros países han puesto énfasis en la financiación y la construcción de centros de tratamiento, dejando que organizaciones caritativas y los propios países afectados aportasen el personal, a pesar de que no tienen experiencia en estos casos, señaló le organización médica.

"La capacitación de personal para operar en forma segura en instalaciones para casos de ébola y abordar otras actividades necesarias toma semanas de cursos teóricos y prácticos... este cuello de botella ha creado grandes demoras", agregó.

Médicos Sin Fronteras ha estado tratando de dar instrucción a 12 trabajadores de la salud cada dos semanas allí, pero no siempre lo ha podido hacer, de acuerdo con el doctor Moumie Barry, a cargo de los cursos en el centro de coordinación de ébola de Guinea.

Guiena está a punto de abrir su propio centro de capacitación, operado por personal local entrenado por Médicos Sin Fronteras, y está tomando medidas para entrenar a seis médicos cubanos usando dos intérpretes. Dos cubanos ya han recibido instrucción de la organización de ayuda. A este paso, sin embargo, tomará meses capacitar a toda la delegación caribeña.

Doce trabajadores de la salud de Malí recibirán también capacitación en el centro de Guinea ya que Malí no tiene dónde darles instrucción, reveló Berry.

También ha habido demoras el uso de médicos cubanos en Sierra Leone, donde unos 60 de los 165 isleños enviados allí ha entrado en acción, reveló Castro, el líder del equipo cubano en Guinea.

El Ministerio de Salud de Sierra Leona dijo que algunos cubanos están trabajando y otros están recibiendo capacitación, de acuerdo con el portavoz Sidie Yayha Tunis, quien no mencionó problemas con el idioma. En Sierra Leone se habla inglés.