Cubanos Militares Objetores de Conciencia analizan “Las victorias del pueblo cubano”

Soldados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FAR, en La Habana, en el 2011. (Reuters).

Al acercarse el final del año 2021, la organización de Militares Objetores de Conciencia (MOC) de Cuba hace público un comunicado en el cual revisa los hechos de mayor relevancia ocurridos dentro de la isla desde la marcha del movimiento LGBTI, en mayo de 2019, hasta el levantamiento popular espontáneo ocurrido a lo largo de todo el país el pasado 11 de julio, pasando por los acuartelamientos y huelgas de hambre realizados por los miembros del Movimiento San Isidro.

A continuación el contenido de dicho comunicado en su totalidad.

Comunicado de los Militares Objetores de Conciencia (MOC) de Cuba. "CUBA 2021: LAS VICTORIAS DEL PUEBLO"

Termina el año 2021 con triunfos inobjetables y paradigmáticos por parte del sufrido pueblo cubano. Por primera vez, al régimen se le ha caído el mito de la invencibilidad. Ante los ojos del mundo, las continuas protestas de la población cubana han llevado un mensaje claro que ha logrado que muchos países comiencen a dudar de su pretendida naturaleza benigna y monolítica. En 2021 el pueblo conoció por primera vez su fuerza y el poder tuvo que enfrentarse a su debilidad. Nada será igual de ahora en adelante.

Debemos recordar que esto ha sido un proceso ascendente e imparable. Primero ocurrió la marcha del movimiento LGTB en mayo de 2019. Esa gesta fue la precursora del llamado a la insumisión general que se produjo en noviembre del siguiente año con la huelga de hambre de los valientes artistas del Movimiento San Isidro (MSI). Su mensaje de rebeldía no cayó en oídos sordos. En noviembre de ese mismo año, al día siguiente del operativo policial contra el MSI, fuimos testigos de la masiva manifestación de cientos de artistas e intelectuales frente al Ministerio de Cultura el 27 de noviembre. Desde entonces no escampa para la dictadura.

A lo largo de 2021 se produjo una nueva protesta frente a ese ministerio el 27N de enero, la sentada cívica de protesta por las detenciones arbitrarias en la calle Obispo de La Habana Vieja, y las crecientes protestas en toda Cuba que fueron documentadas mes a mes por el Observatorio Cubano de Conflictos. Ese proceso ascendente de rebeldía hizo eclosión en las manifestaciones masivas a lo largo y ancho de la isla, el 11 de julio. Ese día, a pesar de las incontables penurias por las cuales pasan los cubanos, el grito de LIBERTAD de todos los participantes, en su mayoría jóvenes, opacó otras consignas también reivindicativas. Tembló el régimen como lo demuestran el odio y el rencor con que reprimieron a estas multitudinarias protestas.

El mediocre presidente, designado a dedo para asumir ese cargo por Raúl Castro, dio la “orden de combate”: la policía entraba a las casas pistola en mano y en más de una ocasión disparó con munición de guerra contra los desarmados manifestantes, armó con palos y barras de acero a un grupo de cubanos exhortándolos a golpear a sus propios hermanos, se realizaron más de un millar de detenciones arbitrarias y fueron sancionados en juicios sumarios y enviados a las prisiones cubanas cientos de jóvenes, a sufrir nuevas palizas y subsistir como delincuentes comunes en las pésimas condiciones de insalubridad y mala alimentación que tienen todas y cada una de nuestras penitenciarias.

Por esos hechos la dictadura cubana ha sido condenada por la opinión pública, numerosos gobiernos, la ONU, la OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Parlamento Europeo y otras instituciones y celebridades políticas, artísticas e intelectuales. La realidad cubana marcó una nueva etapa después del 11 de julio. Se aproxima el fin del estado mafioso que hoy reina en el país.

El año 2022 será un año decisivo para las aspiraciones de libertad de un pueblo que ha sido oprimido bárbaramente por más de 62 años. Una vez más reiteramos nuestro llamado a los soldados, clases y oficiales de las FAR y al MININT a que no usen la fuerza de las armas, sean del tipo que sean, contra un pueblo indefenso, cuya única defensa radica en la palabra y cuyas ansias de libertad y prosperidad -nos consta- son compartidas por muchos militares objetores de conciencia de dentro y fuera de la isla, en activo y en retiro.

Los militares cubanos deben tener conciencia de que de prestarse a ejecutar una masacre contra la población civil indefensa que sea ordenada por la exigua minoría mafiosa que hoy se beneficia del monopolio de GAESA, pueden ser penados por la justicia internacional como ejecutores de un “Crimen de Lesa Humanidad”. Nadie está obligado a obedecer una orden criminal contra la población. Hoy hacemos también un llamado de atención a los jueces y fiscales del inexistente poder judicial por el uso incorrecto, desproporcionado y cruel de las herramientas jurídicas, ¡Ninguno de estos jóvenes son culpables de los supuestos delitos que se le imputan! Vistan esas togas con dignidad: anulen sus causas.

“La patria es dicha de todos, dolor de todos y cielo para todos y no feudo ni capellanía de nadie” José Martí

¡Patria y vida!