Cubanos se quejan de cambios en trámites de visas de tránsito exigidas por Panamá

Una persona sostiene su pasaporte cubano antes de subir a un vuelo.(Julio Cortez/AP)

Cubanos dicen que los nuevos requisitos impuestos por Panamá para solicitar la visa de tránsito ha encarecido y ralentizado los trámites.

El gobierno de Panamá renovó recientemente el requisito de visado de tránsito para viajeros cubanos que decidan utilizar sus aeropuertos, incluso para una escala. A la vez, suspendió los trámites que se realizaban de manera electrónica por los beneficiarios y obligó a los ciudadanos de la isla a contratar abogados panameños para realizar el trámite, lo que ha encarecido y ralentizado las gestiones.

“Llevo más de tres meses esperando una visa de tránsito. Todos los días voy a la embajada de Panamá en La Habana y nada de respuestas. Para los cubanos todo se hace imposible”, dijo a Martí Noticias Ileana Rodríguez, una cubana de 48 años que espera la visa de tránsito para seguir a Nicaragua.

“Uno hace las cosas como le pide Panamá y no recibe visas, pero de pronto ves a gente que está después a los que sí se las conceden. Al final, todo es una falta de respeto con los cubanos, porque nadie nos defiende”, agregó la mujer vía telefónica desde La Habana.

A finales de octubre, el gobierno de Panamá decidió extender la exigencia de una visa específica para ciudadanos cubanos mediante el Decreto Ejecutivo No. 195.

La visa de Pasajero o Tripulante en Tránsito es obligatoria para los cubanos que realizan escalas en Panamá, permitiéndoles permanecer en la zona de tránsito internacional hasta 24 horas. Este trámite debe ser gestionado por un representante del solicitante ante el Servicio Nacional de Migración en Panamá.

Una vocera de Migración Panamá confirmó a Martí Noticias que la página web para solicitar la visa de tránsito se encuentra “cerrada” en estos momentos.

“Para solicitar esta visa los abogados deben hacerlo por escrito al director General del Servicio Nacional de Migración, Roger Mojica Rivera”, dijo.

Martí Noticias solicitó una entrevista con el funcionario pero las autoridades panameñas no han contestado al requerimiento.

Estados Unidos ha presionado a los países latinoamericanos para contener el flujo de migrantes cubanos y venezolanos que han inundado la frontera sur de este país. Sólo desde Cuba han entrado casi 700 mil personas por la frontera con México, sin contar las decenas de miles que lo han hecho por vías legales.

El incremento de la represión en la isla y el empeoramiento de la crisis económica debido a la ineficiencia Gobierno ha creado la peor crisis migratoria en la historia del país.

“Nosotros no nos vamos a quedar en Panamá, lo que pasa es que somos un negocio y todos quieren sacarnos dinero. Las aerolíneas, que muchas veces hasta cancelan poco antes del vuelo y te roban; los coyotes en el camino, que hasta te secuestran, y los mismos abogados de Panamá, que nos cobran un ojo de la cara por los trámites”, dijo Roberto Guerra, otro cubano que integra un grupo de WhatsApp con cientos de personas interesadas en visas de tránsito al país centroamericano.

En lo que va de año han llegado a Panamá más de 36.000 viajeros procedentes de Cuba, una cifra algo inferior a los 46.000 que lo hicieron en el pasado 2023, según estadísticas oficiales.

“Esto nos está afectando demasiado. Son tres meses de espera y de incertidumbre sin saber si podremos obtener nuestras citas. Hasta psicológicamente nos está dañando, porque muchos vendimos lo que teníamos para irnos del país”, dijo una cubana que pidió no ser identificada por temor a represalias.

A la espera se suma la elección de Donald Trump como nuevo inquilino de la Casa Blanca. El presidente electo ha prometido cerrar la frontera sur el primer día tras su toma de posesión, programada para el 20 de enero.

“Trump va a apretar todavía más y no nos va a dejar entrar a Estados Unidos, como hizo en su primer mandato, cortando viajes y remesas a Cuba. Escapar de aquí es una decisión de ahora o nunca. Eso es lo que pensamos todos”, dijo la mujer.

El gobierno de Estados Unidos ha insistido en que no apoya ni alienta la inmigración ilegal y que sólo apoya la inmigración ordenada y segura, utilizando los medios legales.