Cubanos se quejan de un "hambre que no tiene nombre” tras la devastación por Ian

Varias personas hacen fila en un mercado de La Habana para adquirir alimentos, el 3 de octubre. (REUTERS/Alexandre Meneghini)

El huracán Ian dejó 21.259 hectáreas de cultivos afectados en las provincias de Pinar del Río, Artemisa y Mayabeque, principalmente en cultivos de ciclo corto como el plátano y la yuca, además de daños en los planes porcinos y granjas avícolas, donde se reporta la muerte de una considerable cantidad de gallinas ponedoras y pollos, informaron las autoridades.

Mientras, la inflación alcanzó el 208%, según el último reporte del economista estadounidense Steve Hanke, lo que ubica nuevamente a la isla en la segunda posición a nivel mundial en este negativo índice económico, solamente superada por Zimbabue.

En medio de este panorama, residentes en varias provincias cubanas alertaron a Radio Televisión Martí de una agudización del desabastecimiento de alimentos, que incluye ya la contracción de la canasta básica mensual.

La situación sigue siendo muy compleja en San Juan y Martínez, tras el paso del huracán, señaló el campesino Osmani Poveda Hernández.

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Tomás Cardoso entrevistó a cubanos en varias localidades de la isla


“No tenemos una gota de agua, no tenemos alimentos, y hasta la fecha no se ha aparecido nadie aquí en la comunidad Hermanos Saíz”, aseguró el tabacalero.

Desde Guantánamo, el periodista independiente, Anderlay Guerra Blanco destacó que no llegó este mes ningún tipo de granos, ni tampoco el azúcar, a las bodegas donde se distribuye la canasta básica.

“Lo que llegó fueron dos libras de arroz y el aceite”, dijo el comunicador.

Baracoa, en esa provincia oriental, no escapa a la crisis alimentaria, comentó el también comunicador independiente Yoel Acosta Gámez.

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“En la bodega vendieron cuatro libras de arroz, 16 onzas de chícharos y 8 onzas de aceite para el mes. Según nos dijo el administrador, la canasta básica está incompleta porque no tienen los productos necesarios para repartirlos”, señaló Acosta Gámez.
Leydis Tabares, residente en la ciudad de Camagüey, dijo que el martes se descompuso la leche que venden por la libreta de abastecimiento.

“Esa leche lleva un proceso y, por supuesto, necesita refrigeración, y son pipas donde cargan esa leche, las que no están preparadas para eso”, explicó. Por otro lado, dijo, “en los mandados del mes solo vendieron azúcar y arroz, más nada”.

Yoel Espinosa Medrano es cuentapropista en Santa Clara. Desde allí explicó a Radio Martí que los precios en el mercado informal están fuera del alcance del bolsillo de la mayoría de la población.

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“La carne de puerco limpia está entre 450 y 500 pesos, una libra de frijoles cuesta 110 pesos en moneda nacional… Aquí hay gente que está pasando mucha hambre”, advirtió Espinosa Medrano.

Vladimir Martín Castellanos, en Puerto Padre, Las Tunas, tiene una licencia para operar un puesto de venta de viandas, y actualmente está en paro.

“No tenemos nada que vender, lo poco que aparece del campo tiene un valor astronómico, ahora estamos en cero”, explicó.

Hay un aumento del vandalismo en Aguada de Pasajeros, Cienfuegos, por la crisis alimentaria, denunció Luis Alberto de la Nuez.

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“El día primero entró la sal, que estaba en falta, además de arroz, aceite y azúcar. No entró nada de aseo personal, pasta dental y jabón, tampoco entró grano alguno, y faltó, además, el café”, describió, en referencia a los productos normados.

Y desde Mayarí, en Holguín, la activista Teresa Miranda Céspedes concluyó que, al parecer, no hay una salida ante la escasez de alimentos.

“Ya son tres meses que aquí no traen ni chícharos, ni frijoles, por la canasta básica, y la libra de granos por los particulares está sobre los 170 pesos. Ayer mismo tampoco vendieron el pan normado. Este pueblo está viviendo una situación de hambre que no tiene nombre”, enfatizó.