¿Cuba en la Serie del Caribe de Béisbol o el temor a la frontera?

El cubano Raúl Valdés en la serie del Caribe de 2011 en Puerto Rico

Hermosillo está a solo 270 kilómetros del territorio estadounidense, y el temor a las deserciones podría decir la última palabra en la decisión de La Habana
Desde que llegué a Miami, hace casi tres años, mi entorno familiar creció cuantitativamente con la aparición de dos parientes jóvenes que -alegremente y sin “papeles”- cruzaron la porosa frontera de México con el gigante del norte: semejante laxitud en temas migratorios avivaría los temores de Cuba de cara a su participación en la Serie del Caribe de Béisbol.
Juan Francisco Puello Herrera, presidente del organismo beisbolero del área, visitaba La Habana este fin de semana, en un intento por negociar el regreso de los cubanos a la competición de la cual se ausentaron hace más de medio siglo.
El torneo “no cambió su formato de competencia entre 1949 y 2012, pero la frialdad con que el equipo campeón celebró en las últimas dos ediciones llevó a la Confederación de Beisbol del Caribe a realizar una variante drástica para 2013” afirma un despacho de la prensa en Venezuela. José Grasso Vecchio, presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, confirmó que las autoridades de la región decidieron pactar una fase eliminatoria, de la que surgirán dos semifinales y una final a un solo partido.
"El cambio de formato se aprobó en Miami y es un hecho", dijo Grasso.
Pero lo más novedoso no parece radicar siquiera en el sistema de competencias, sino en la expansión de la cifra de invitados: pretenden sumar a otros dos equipos, con el de Corea del Sur (¿serie del Caribe?; ¿serie Caribe-Pacífico?) aparentemente confirmado y -si aceptan el convite- los peloteros de Cuba.
El nuevo esquema incluirá una primera ronda de tres días, en caso de participar solo los habituales Venezuela, México, República Dominicana y Puerto Rico. A continuación, en las semifinales, iría el primero contra el cuarto y el segundo contra el tercero, para que los dos vencedores choquen en la final.
Si se exploran pareos más atractivos es porque tanto los campeones de 2011 como los 2012 conquistaron el título sin jugar. Hace algunas semanas, en Santo Domingo, los Leones del Escogido alcanzaron su coronación viendo desde las gradas el partido previo; era la quinta fecha del torneo, y fueron derrotados tanto esa noche como la siguiente, tal vez embriagados de tanta felicidad.
Semejantes desenlaces se traducen en la ruina de las taquillas, y en la ausencia de muchos fanáticos que ya tenían sus boletos, quienes -por carambola- dejan de consumir en los estadios.
Desde el nacimiento de la Serie del Caribe hasta 1960, cuando el gobierno cubano proscribió el profesionalismo, Cuba conquistó 7 de 12 títulos ante Puerto Rico, Panamá y Venezuela. De 1970 a la fecha, en la segunda fase de la competencia, República Dominicana archiva 19 coronas, Puerto Rico 10, Venezuela 7 y México 6.
En la edición de este año en Quisqueya, los cubanos Raúl Valdés, lanzador zurdo de los campeones Leones del Escogido (República Dominicana) y el jardinero central Adonis García de los Tigres de Aragua (Venezuela), integraron el equipo Todos Estrellas. Otro jugador de la Isla, el inicialista Bárbaro Cañizares, tuvo un pobre rendimiento con los mexicanos Yaquis de Obregón, aunque el habanero es un ídolo en ese país.
Hermosillo, en México, será la sede de la Serie del Caribe en 2013, y hace unos días el sitio oficial del deporte cubano en internet -Jit-se preguntaba si valdría la pena interrumpir cada febrero la Serie Nacional del béisbol cubano para jugar esos torneos.
Padecen en la Isla de súbita amnesia, porque las Series Nacionales tuvieron un paréntesis tanto en 2006 como en 2009 para que la selección de Cuba asistiera a los dos Clásicos Mundiales.
Pero el summum había acaecido en 1999, cuando se detuvieron los partidos del Play Off cubano y hasta se decretó el dramático y costoso trueque de los bates de aluminio por los de madera, todo con el propósito de disputar un par de encuentros amistosos con los Orioles de Baltimore.
Un puñado de peloteros del Equipo Cuba abandonó la selección después de competir en aquellas lides y de haber regresado a su país. Pero Hermosillo está a solo 270 kilómetros del territorio estadounidense, y el temor a las deserciones podría decir la última palabra en la decisión de La Habana.