El semanario financiero Opciones dice que a pesar de la nueva política bancaria cubana es insuficiente la concurrencia de los pequeños empresarios, que prefieren usar sus propios ahorros o pedir dinero a sus familiares.
Los cuentapropistas cubanos no confían en los créditos que ofrece el sistema bancario cubano. Así lo reconoce un extenso artículo publicado en el semanario financiero Opciones publicado en su sitio digital.
La publicación admite que “no obstante los esfuerzos realizados por el país para flexibilizar las normativas de la nueva política bancaria, aún es insuficiente la concurrencia de trabajadores por cuenta propia a las oficinas comerciales”.
El gobierno cubano autorizó en febrero de este año a las entidades bancarias para que reciban como garantías de créditos, las prendas o hipotecas voluntarias figuran dentro de las alternativas permisibles.
"Desde entonces no hemos recibido una demanda mayor de la nueva forma de gestión como hubiéramos deseado", dijo Vivian Sorolla Fernández, directora de Banca Empresa del Banco de Crédito y Comercio (BANDEC).
José Alari Martínez, presidente del Banco Popular de Ahorro (BPA), considera que el desinterés mostrado por los cuentapropistas obede a la novedad de la experiencia ya “no existe momento anterior de la posibilidad de que estas fuerzas productivas dispusieran de la participación del producto bancario para emprender o desarrollar su negocio".
"Ante lo nuevo siempre está la duda, la resistencia. Sienten temor de enfrentarse a una oficina bancaria y enseñar papeles, declarar cuánto ingresan, sentirse sometido a una visita por esta entidad", dice Martha Gómez Suárez, directora de Banca Empresa del BPA.
Opciones hizo una serie de entrevistas a varios cuentapropistas de la capital durante las cuales “se pudo detectar la existencia de diversas fuentes de financiamiento, al margen de las oficinas comerciales”.
“Muchos declaran que iniciaron su actividad con dinero reunido con esfuerzo propio. Otros alegan haber concertado un préstamo con sus familiares, residentes o no en el país”, indicó el semanario.
Lidia Ester Hernández Estévez hace dos años labora de forma no estatal y hasta ahora no ha tenido vínculo con el banco. "Me da temor solicitar un crédito y no tener posibilidad de devolverlo. Todavía no he podido pagar el dinero que le pedí prestado a mi papá, pero no es lo mismo", opina.
Otras de las razones expuestas por los cuentapropistas es que los bancos exigen mucha información. Aunque la mayoría de los entrevistados desconocen las nuevas facilidades para la solicitud de un crédito.
La publicación admite que “no obstante los esfuerzos realizados por el país para flexibilizar las normativas de la nueva política bancaria, aún es insuficiente la concurrencia de trabajadores por cuenta propia a las oficinas comerciales”.
El gobierno cubano autorizó en febrero de este año a las entidades bancarias para que reciban como garantías de créditos, las prendas o hipotecas voluntarias figuran dentro de las alternativas permisibles.
"Desde entonces no hemos recibido una demanda mayor de la nueva forma de gestión como hubiéramos deseado", dijo Vivian Sorolla Fernández, directora de Banca Empresa del Banco de Crédito y Comercio (BANDEC).
José Alari Martínez, presidente del Banco Popular de Ahorro (BPA), considera que el desinterés mostrado por los cuentapropistas obede a la novedad de la experiencia ya “no existe momento anterior de la posibilidad de que estas fuerzas productivas dispusieran de la participación del producto bancario para emprender o desarrollar su negocio".
"Ante lo nuevo siempre está la duda, la resistencia. Sienten temor de enfrentarse a una oficina bancaria y enseñar papeles, declarar cuánto ingresan, sentirse sometido a una visita por esta entidad", dice Martha Gómez Suárez, directora de Banca Empresa del BPA.
Opciones hizo una serie de entrevistas a varios cuentapropistas de la capital durante las cuales “se pudo detectar la existencia de diversas fuentes de financiamiento, al margen de las oficinas comerciales”.
“Muchos declaran que iniciaron su actividad con dinero reunido con esfuerzo propio. Otros alegan haber concertado un préstamo con sus familiares, residentes o no en el país”, indicó el semanario.
Lidia Ester Hernández Estévez hace dos años labora de forma no estatal y hasta ahora no ha tenido vínculo con el banco. "Me da temor solicitar un crédito y no tener posibilidad de devolverlo. Todavía no he podido pagar el dinero que le pedí prestado a mi papá, pero no es lo mismo", opina.
Otras de las razones expuestas por los cuentapropistas es que los bancos exigen mucha información. Aunque la mayoría de los entrevistados desconocen las nuevas facilidades para la solicitud de un crédito.