¿Qué gana el gobierno cubano con la creación de la nueva empresa comercializadora mayorista de productos alimenticios, industriales y otros bienes de consumo?
El gobierno cubano es el principal favorecido con la creación de esta nueva empresa.
Primero que todo porque se convierte en el suministrador mayorista exclusivo de la empresa privada en Cuba, evitando así que el cuentapropista busque otras alternativas de suministro.
Además le permite al gobierno mover sus inventarios ociosos de materias primas y poner a funcionar una infraestructura inoperante, que responde a la época del campo socialista y que al alquilársele a los cuentapropistas vuelve a producir.
También le permite combatir el mercado negro y la corrupción, puesto que ante la imposibilidad de contar con un mercado mayorista, el cuentapropista dependía fundamentalmente de la malversación, el robo y el desvío de los bienes del estado.
Ahora es el propio gobierno el que vende o renta los medios que antes le eran robados o malversados.
Además la nueva empresa sirve de incentivo para que nuevos trabajadores se incorporen al sector de los cuentapropistas, con lo que se pretende disminuir las infladas plantillas estatales, que actualmente cuentan con un excedente de dos millones de trabajadores que no producen y que no tienen ningún futuro en el sector estatal.
Lamentablemente la participación en el mercado de los cuentapropistas sigue cerrada para los profesionales, a los que el estado mantiene vetados a la hora de obtener licencias de trabajadores privados.
El estado sabe que sin la liberalización de esa fuerza calificada no será posible alcanzar el desarrollo y la dinámica que el país necesita.
El gobierno cubano persiste en manejar a los profesionales cubanos como si se trataran de un recurso propio y temen que la liberación de esta fuerza de trabajo calificada provoque un éxodo masivo del sector estatal hacia el sector privado, lo que acabe siendo el disparo de gracia a la agonizante empresa estatal socialista.
El crecimiento del sector privado y sus buenos resultados obligaran a la larga a que el estado cubano tenga que levantar esta prohibición y permitir que gradualmente, los profesionales se vayan incorporando al sector privado.
El estado estaría entonces evitando lo que actualmente sucede, porque los profesionales no se abstienen de participar en el mercado privado, solo que se ven obligados a hacerlo de forma ilegal, sin pagar licencias o declarar impuestos.
Una situación que solo cambiará el día en que se les permita formar parte del sector de los cuentapropistas.
El gobierno cubano es el principal favorecido con la creación de esta nueva empresa.
Primero que todo porque se convierte en el suministrador mayorista exclusivo de la empresa privada en Cuba, evitando así que el cuentapropista busque otras alternativas de suministro.
Además le permite al gobierno mover sus inventarios ociosos de materias primas y poner a funcionar una infraestructura inoperante, que responde a la época del campo socialista y que al alquilársele a los cuentapropistas vuelve a producir.
También le permite combatir el mercado negro y la corrupción, puesto que ante la imposibilidad de contar con un mercado mayorista, el cuentapropista dependía fundamentalmente de la malversación, el robo y el desvío de los bienes del estado.
Ahora es el propio gobierno el que vende o renta los medios que antes le eran robados o malversados.
Además la nueva empresa sirve de incentivo para que nuevos trabajadores se incorporen al sector de los cuentapropistas, con lo que se pretende disminuir las infladas plantillas estatales, que actualmente cuentan con un excedente de dos millones de trabajadores que no producen y que no tienen ningún futuro en el sector estatal.
Lamentablemente la participación en el mercado de los cuentapropistas sigue cerrada para los profesionales, a los que el estado mantiene vetados a la hora de obtener licencias de trabajadores privados.
El estado sabe que sin la liberalización de esa fuerza calificada no será posible alcanzar el desarrollo y la dinámica que el país necesita.
El gobierno cubano persiste en manejar a los profesionales cubanos como si se trataran de un recurso propio y temen que la liberación de esta fuerza de trabajo calificada provoque un éxodo masivo del sector estatal hacia el sector privado, lo que acabe siendo el disparo de gracia a la agonizante empresa estatal socialista.
El crecimiento del sector privado y sus buenos resultados obligaran a la larga a que el estado cubano tenga que levantar esta prohibición y permitir que gradualmente, los profesionales se vayan incorporando al sector privado.
El estado estaría entonces evitando lo que actualmente sucede, porque los profesionales no se abstienen de participar en el mercado privado, solo que se ven obligados a hacerlo de forma ilegal, sin pagar licencias o declarar impuestos.
Una situación que solo cambiará el día en que se les permita formar parte del sector de los cuentapropistas.