Decadencia de regatas en Bahía de Jagua; remeros usan botes remendados

Copa Jagua de Remo. Foto tomada del periódico "5 de Septiembre".

Detrás del béisbol, las regatas constituían el espectáculo deportivo más popular en Cienfuegos.

“El olor del salitre, la multitud desbordando los límites del extenso malecón cienfueguero, el chasquido del agua provocado por los remos y los vítores de la fanaticada animando a los suyos para que levantaran boga, son los recuerdos más vívidos que conservo de las regatas celebradas en la bahía de Jagua durante mi niñez”, nos cuenta Alberto Ramírez Oropesa, obrero de la construcción y amante de las regatas.

Atletas secan su embarcación en la Bahía de Jagua. Foto Alejandro Tur Valladares

Detrás del béisbol, las regatas constituían el espectáculo deportivo más popular. La apreciación local estaba justificada, la provincia contaba con excelentes remeros que año tras año la colocaban en la sima de la disciplina. Inexplicablemente a los últimos eventos solo han acudido unas pocas decenas de espectadores, incluyendo a familiares de los atletas. Y no es que el talento se haya esfumado, todo lo contrario.

Para que se tenga una idea, Cienfuegos viene ganando en forma consecutiva las últimas nueve ediciones náuticas de la categoría infantil.

La falta de embarcaciones ha obligado a los remeros a usar botes remendados. Foto Alejandro Tur Valladares

“De 35 regatas celebradas en el país los atletas cienfuegueros se han alzado con el título de campeones en 18 de ellas. En la década de los 80 ensartaron 10 campeonatos de forma consecutiva y en los años recientes se encuentran reeditando la hazaña, incluso con posibilidades reales de superarla. Durante el año 2016 lograban imponerse en todas las categorías, alcanzando lo que en términos beisboleros se denomina juego perfecto”, cuanta un trabajador en la Academia Náutica que radica en Cienfuegos, que no autorizó a revelar su nombre.

Siendo así, qué ha cambiado, por qué ha menguado el interés por las regatas, particularmente en las nuevas generaciones.

“Contrario a lo que acontece hoy, en el pasado los medios locales promocionaban el evento desde semanas antes. Unidades gastronómicas expendían bebidas y alimentos a los asistentes, contribuyendo a crear una atmosfera festiva que actualmente no apreciamos”, explica Héctor Valdés Martínez, chofer profesional.

La sede del centro náutico contaba con numerosas embarcaciones provenientes de Europa del Este y el Estado destinaba suficientes recursos financieros para el desarrollo de las regatas. Llegados los años 90 y con ellos la pérdida de las subvenciones del bloque socialista, el país se ve imposibilitado de adquirir nuevas embarcaciones, imprescindibles para el entrenamiento y competencia de los atletas, lo que lleva a la merma en la calidad y diversidad de los torneos.

Desde entonces trabajadores de la academia intentan remendar las embarcaciones para prolongar su explotación:

“Las condiciones no son las mejores, intentamos repararlos, pero estos botes tienen ya treinta años de explotación. De no ser por lo que hacemos, el deporte mermaría mucho, porque todos tendrían que entrenar en un solo bote. La industria deportiva nacional está haciendo algunos botes, son insuficientes, pero al menos dan para entrenar, “nos refirió el trabajador de la Academia.

El remo no es la única disciplina deportiva que se ha resentido en los últimos años. Sin embargo, teniendo en cuenta la masividad que lograba en el pasado, el Estado debería priorizar recursos para revitalizarla, o en caso contrario, permitir que entidades lo hagan, después de todo, gracias a las donaciones que academias homólogas en otras naciones hacen, todavía sobreviven las regatas nacionales.