"Es un magnífico padre. Como él siempre dice: 'La lucha por la libertad de nuestra patria es también el amor que yo le tengo a mis hijos'", afirmó en entrevista con Radio Martí la doctora Nelva Ismarays Ortega, esposa de José Daniel Ferrer, al comentar sobre los 100 días de arresto del opositor en una cárcel del régimen cubano, y el dolor que atraviesa su familia.
Lee también ¿Quién es José Daniel Ferrer y por qué el régimen le teme? Una carta a Raúl Castro y Díaz-Canel lo explica en detallesOrtega subrayó el vacío que ha dejado el arbitrario arresto de Ferrer: "Nos hace mucha falta porque siempre estuvo ahí. Es una persona muy jovial, muy esperanzada, un patriota a todo dar", comentó.
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Declaraciones de familiares de José Daniel Ferrer
La detención de Ferrer ha desatado denuncias y apoyo entre el exilio cubano, las organizaciones defensoras de los derechos humanos y del gobierno de Estados Unidos.
Washington condenó el miércoles el arresto del líder opositor y los maltratos a los que es sometido. Ferrer ha permanecido en prisión desde el 1 de octubre.
Lee también EEUU denuncia detención arbitraria y severos maltratos al líder de UNPACUJosé Daniel Ferrer Cantillo, de 17 años e hijo del opositor, comentó sobre el carácter noble de su padre, de quien afirmó que "siempre entiende a las personas. Nunca lo he visto en esa fase de querer agredir a alguien, de querer hacerle algún tipo de daño físico a alguien".
Por su parte, Jorge Cervantes, miembro del Consejo de Coordinadores de UNPACU, señaló que Ferrer se "destacó desde el primer momento por su capacidad organizativa, por su ímpetu, por su sentido de humanidad, por su preocupación constante por cada una de las personas que llegábamos allá, a Palmarito de Cauto (en la oriental provincia de Santiago de Cuba)".
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Jorge Cervantes, miembro de la UNPACU. (Social media)
Cervantes amplió que "veíamos en él a una persona sencilla. José Daniel es la persona que defiende a capa y espada lo que él cree y lo que él piensa. Nosotros lo hacemos también, y cuando tenemos contradicciones, porque cada cual defiende un punto de vista, es normal que usted se acalore, es normal que nos airemos, pero jamás esas actitudes, esos momentos, han afectado el buen funcionamiento del trabajo, y siempre ha terminado todo en un abrazo y con un compromiso más fuerte para seguir trabajando".
(Incluye reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)