Bajo el llamado a una mayor integración regional y a defender la democracia de la extrema derecha, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebró el martes en Buenos Aires su séptima cumbre marcada por la reincorporación de Brasil al foro y las diferencias ideológicas y crisis políticas que aquejan a varios países sudamericanos.
El presidente argentino y anfitrión Alberto Fernández celebró el regreso de Brasil al foro político de la mano de su tres veces presidente Luiz Inacio Lula Da Silva, luego de que su antecesor, el derechista Jair Bolsonaro, apartó al país hace tres años alegando que se había convertido en un escenario que daba protagonismo a los gobiernos izquierdistas y "autoritarios" de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
"Una CELAC sin Brasil es una CELAC mucho más vacía", sostuvo Fernández.
El foro de concertación política nació en 2011 por iniciativa del entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para diferenciarse de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuestionada por ese y otros dirigentes izquierdistas por su "alineamiento" con Estados Unidos.
"Brasil está de vuelta en el mundo", destacó Da Silva, histórico dirigente de izquierda que este mes regresó al poder por tercera vez. La cumbre de CELAC en Buenos Aires fue parte de su primera gira al exterior desde que asumió a principios de enero.
"Es importante resaltar que somos una región pacífica, que repudia el extremismo, el terrorismo y la violencia política", acotó el mandatario brasileño semanas después de las violentas manifestaciones de seguidores de Bolsonaro ocurridas en las sedes de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial de Brasilia.
Al respecto, Fernández -un férreo aliado de Lula en la región- advirtió que la democracia está en riesgo luego de que sectores de la ultraderecha "se han puesto de pie" en algunos países e instó a no permitir que "la derecha recalcitrante y fascista ponga en riesgo la institucionalidad".
"Lo vimos hace pocos días cuando la locura llegó a las calles de Brasilia... y aquí en Argentina también cuando alguien intentó matar a nuestra vicepresidenta (Cristina Fernández de Kirchner)", señaló Fernández en alusión al frustrado ataque a la dirigente peronista el 1 de septiembre por el que tres jóvenes están detenidos y procesados.
La cita de CELAC se produce en momentos convulsos en Sudamérica a raíz también de las protestas de disidentes políticos en Perú y Bolivia.
Perú sufre una ola de protestas luego de que Pedro Castillo fue destituido y encarcelado en diciembre tras disolver el Congreso. Las manifestaciones para exigir la renuncia de su reemplazante, Dina Boluarte, han dejado más de medio centenar de muertos.
En Bolivia también ha habido protestas luego de la detención del líder opositor y gobernador de la provincia de Santa Cruz, el derechista Luis Fernando Camacho, a fines de diciembre.
Si bien la declaración final de la cumbre no incluyó una referencia directa a las crisis de ambos países, el canciller argentino Santiago Cafiero dijo en una posterior rueda de prensa que durante el cónclave algunas delegaciones se refirieron "a la violación de los derechos humanos que se está llevando adelante en Perú con respecto a la violencia institucional. Para todos fue un tema de relevancia".
"Para el conjunto de los países que integramos CELAC el respeto a los derechos humanos es esencial... Es necesario que aquellos países que están transitando estas situaciones vuelvan a la senda del respeto irrestricto a los derechos humanos", indicó Cafiero.
Fernández instó a "respetarnos en la diversidad" en alusión a las críticas que despierta la participación de los gobiernos de Venezuela, Nicaragua —sus presidentes estuvieron ausentes— y Cuba en la cita entre la oposición argentina. "Todos los que están aquí han sido elegidos por sus pueblos", afirmó el mandatario.
También exhortó a "levantar la voz" en contra de los bloqueos económicos que Estados Unidos aplica a Cuba y Venezuela por ser "un método perverso" contra los pueblos.
En contraposición, su colega uruguayo Luis Lacalle Pou respondió que "hay países acá que no respetan la democracia, los derechos humanos ni las instituciones". Y recalcó: "No tengamos una visión hemipléjica según afinidad ideológica".
El mandatario uruguayo también reclamó dejar a un lado las discusiones ideológicas y avanzar en acuerdos comerciales que mejoren la calidad de vida de los países de la región.
"¿No será momento de sincerar estas relaciones y que desde CELAC se impulse una zona de libre comercio entre nuestros países? Desde México hasta el sur de América del Sur. ¿No podremos avanzar en ese sentido?", planteó el mandatario uruguayo de centro-derecha.
"Muchas de nuestras economías son complementarias. Estoy seguro de que podríamos avanzar en ese sentido".
"Practiquemos con la acción lo que decimos en nuestros discursos. Para que este tipo de foros subsistan en el tiempo tienen que generar esperanzas y esta se genera sobre el camino andado", acotó.
Lee también Cuba, lo peor de lo peor en materia de libertad de prensa en América Latina Lee también Denuncian en Colombia coerción del régimen cubano contra el sindicalismo independienteEl mandatario cubano Miguel Díaz Canel participó del encuentro, mientras su par de Venezuela, Nicolás Maduro, desistió en medio de las peticiones de opositores argentinos para que fuera detenido por la orden de arresto que pesa sobre él en Estados Unidos por presunto narcotráfico y envió a su canciller.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, tampoco acudió y envió a representantes de su gobierno.
En la declaración final, los miembros de la CELAC respaldaron que haya "diálogo y negociación" entre el gobierno venezolano y la oposición, "fomentado por los gobiernos de México y Noruega". También pidieron el fin del embargo comercial a Cuba, pero no hubo mención a Nicaragua.
En tanto que el presidente colombiano Gustavo Petro exhortó a fortalecer el Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos. "¿Por qué presidentes elegidos popularmente hoy están presos en vez de estar en esta mesa?", reclamó.
Petro recalcó que recientemente invitó a Maduro a reingresar a ese sistema e invitó a un "pacto democrático en el que las derechas y las izquierdas no crean que cuando llegan al poder es para eliminar físicamente a su contrincante… En Latinoamérica no tiene que haber un solo preso político".
Por su parte, el presidente de Chile, Gabriel Boric, convocó a sus pares "a establecer responsabilidades compartidas frente a los flujos migratorios".
"No podemos responder de manera individual. Tenemos que abordarlo en conjunto, regionalmente", insistió. Y propuso "reactivar durante el primer semestre de este año las reuniones sobre migraciones de la CELAC, que han estado paralizadas varios años".
Otro ausente de peso fue el mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien fue un fuerte impulsor de la CELAC al inicio de su mandato, pero declinó viajar a Buenos Aires por compromisos internos.
Entre los mandatarios que asistieron también estuvieron Luis Arce (Bolivia), Xiomara Castro (Honduras) y Mario Abdo Benítez (Paraguay).
En tanto, el gobierno de Estados Unidos -invitado al encuentro, aunque que no es miembro de la CELAC- envió al asesor presidencial especial para las Américas, Christopher J. Dodd.
En el cierre del encuentro, San Vicente y Granadinas —uno de los países más pequeños del continente— asumió la presidencia pro-témpore de CELAC.