Denuncian abusos contra evangélico y periodista encarcelados por el 11J

Así fue la detención del pastor Lorenzo González Fajardo el 11 de julio en Palma Soriano. (@PastoresPresos/Twitter)

Dos condenados por su participación en las masivas protestas populares del 11 de julio de 2021, sufren hostigamiento y acoso en los centros penitenciarios donde cumplen sentencia, y son castigados con mayor rigor por su abierta oposición al régimen, denunciaron a Radio Televisión Martí familiares de estos presos políticos.

Uno de ellos es el pastor evangélico Lorenzo Rosales Fajardo, quien cumple siete años de cárcel por su participación en las manifestaciones del 11 J en Palma Soriano, provincia de Santiago de Cuba.

El líder religioso, condenado por los presuntos delitos de desacato, desordenes públicos y atentado, fue trasladado desde el penal de máxima seguridad de Boniato, en Santiago de Cuba, a la prisión de mínima La Caoba, ubicada a siete kilómetros del centro de la ciudad de Palma Soriano.

En la nueva cárcel lo siguen maltratando y le niegan los beneficios que se conceden normalmente en ese régimen de mínima seguridad, denunció su esposa Maridilegnis Carballo, al Consejo de Relatores de Derechos Humanos, a través del activista Juan Carlos González Leyva.

"El pastor Lorenzo Rosales Fajardo, quien pertenece al movimiento apostólico, en esta prisión tiene que realizar duras labores agrícolas en contra de su voluntad, de sol a sol, y por un mísero salario. Es un trabajo esclavo. También se mantienen los sentimientos de odio y de venganza en su contra por parte de los directivos de esa cárcel", explicó González Leyva a Radio Martí.

El miércoles, en llamada telefónica desde la prisión Combinado del Este, el periodista independiente Jorge Bello Domínguez, alertó a su madre Martha Domínguez, que sigue siendo acosado por parte de las autoridades penitenciarias.

El comunicador cumple 15 años de condena por su participación en las protestas el 11 de julio en Güira de Melena, provincia de Artemisa, procesado por los delitos de “sabotaje con carácter continuado”, “robo con fuerza”, “desórdenes públicos ” y “desacato”.

“Bueno con Jorge, lo que está pasando es que la alimentación en el penal cada día es peor, han reducido las raciones al 50 %, mi hijo que sufre de diabetes no le están dando la dieta que le pertenece a un enfermo como él, también le dan la comida en horarios irregulares, lo están matando de hambre, es abusivo lo que tienen en la cárcel, ya es demasiado lo que está pasando", dijo la señora.

Domínguez también señaló el deterioro de la salud de su hijo, quien "cada día pierde más visión en ese lugar y no lo han llevado a un oftalmólogo, ni, al menos, le han medido la vista".

La madre dijo que los oficiales del penal lo ignoran "aunque reclame insistentemente".

"Los medicamentos tenemos que llevárselos desde la calle porque allí no hay nada, mi hijo no tiene ni tirillas para medirse el nivel de insulina, yo le lleve un aparato que compré y se rompió”, contó la señora.