Triunfadores en las Grandes Ligas de EE.UU. Yoenis Céspedes y Aroldis Chapman, tienen pendientes reclamaciones de indemnización con cifras millonarias.
Dos jugadores cubanos de béisbol --triunfadores ahora en las Grandes Ligas de Estados Unidos--, Yoenis Céspedes y Aroldis Chapman, tienen pendientes reclamaciones de indemnización con cifras millonarias, pero esos truenos no parecen quitarles el sueño.
Hace pocas semanas, la agencia AP reportó desde República Dominicana que un tribunal de arbitraje aprobó allí una demanda impuesta contra Céspedes, un outfielder de segundo año con Atléticos de Oakland. Céspedes tendría que pagar 7.9 millones de dólares a su entrenador dominicano Edgar Mercedes, lo que representa el 22% de su contrato en MLB.
“Tenemos la capacidad de ejecutar en los próximos días todos los bienes que se encuentren en propiedad de Céspedes. En los próximos 10-15 días estaremos notificando a los Atléticos de Oakland de un embargo retentivo sobre sus salarios para que el jugador pague el compromiso que tiene con nosotros” dijeron los abogados de Mercedes.
Más escabrosa parece la demanda civil presentada contra Aroldis Chapman, un tirador zurdo erigido desde la temporada anterior como una estrella del bullpen de los Rojos de Cincinnati.
Al pitcher y a su padre se les señala como responsables por el arresto, condena y tortura en Cuba de Danilo Curbelo García y Carlos Rafael Mena Perdomo.
Curbelo visitó a su familia en Holguín, Cuba, en 2008 y por esos días se tropezó con Chapman. Según Curbelo, un comentario suyo inofensivo –un elogio sobre la calidad del pitcher-le costó al residente en Miami la libertad y el comienzo de un calvario en las prisiones cubanas que todavía continúa.
Se dice que Chapman denunció a Curbelo ante las autoridades cubanas para recuperar su buena imagen y con ello volver a la selección nacional. El beisbolista se fugó en Holanda en el 2009, tuvo una estadía breve en Barcelona, y tras establecer residencia en Andorra, llegó a Estados Unidos y firmó un contrato por $30.25 millones y seis años con Cincinnati.
Salidos de un país cuyo gobierno determina cada paso de la población, los cubanos desconocen numerosos temas legales –en especial si se trata de gente humilde, más aún si proceden del interior del país, y –peor-- si hay mucha plata de por medio—y son presa fácil de lo que, por estas latitudes, se conoce como la letra chiquita de los documentos.
Como aficionado a las series policiales de televisión, las que aprovecho para practicar mis conocimientos del idioma inglés, no dejo de admirarme ante lo que se proclama en cada investigación: todo acusado en una sociedad democrática es considerado inocente hasta tanto se pruebe lo contrario.
Frente a los Marineros de Seattle, el jardinero cubano del Oakland pegó este jueves su segundo jonrón de la recién inaugurada temporada; en la propia fecha, el pitcher holguinero del Cincinnati negoció su primer rescate del año, ante los Angelinos, coronado con ponche a Josh Hamilton para retirar el out 27. Si Céspedes y Chapman duermen a pierna suelta, ello puede ser un buen indicativo de su inocencia.
Hace pocas semanas, la agencia AP reportó desde República Dominicana que un tribunal de arbitraje aprobó allí una demanda impuesta contra Céspedes, un outfielder de segundo año con Atléticos de Oakland. Céspedes tendría que pagar 7.9 millones de dólares a su entrenador dominicano Edgar Mercedes, lo que representa el 22% de su contrato en MLB.
“Tenemos la capacidad de ejecutar en los próximos días todos los bienes que se encuentren en propiedad de Céspedes. En los próximos 10-15 días estaremos notificando a los Atléticos de Oakland de un embargo retentivo sobre sus salarios para que el jugador pague el compromiso que tiene con nosotros” dijeron los abogados de Mercedes.
Más escabrosa parece la demanda civil presentada contra Aroldis Chapman, un tirador zurdo erigido desde la temporada anterior como una estrella del bullpen de los Rojos de Cincinnati.
Al pitcher y a su padre se les señala como responsables por el arresto, condena y tortura en Cuba de Danilo Curbelo García y Carlos Rafael Mena Perdomo.
Curbelo visitó a su familia en Holguín, Cuba, en 2008 y por esos días se tropezó con Chapman. Según Curbelo, un comentario suyo inofensivo –un elogio sobre la calidad del pitcher-le costó al residente en Miami la libertad y el comienzo de un calvario en las prisiones cubanas que todavía continúa.
Se dice que Chapman denunció a Curbelo ante las autoridades cubanas para recuperar su buena imagen y con ello volver a la selección nacional. El beisbolista se fugó en Holanda en el 2009, tuvo una estadía breve en Barcelona, y tras establecer residencia en Andorra, llegó a Estados Unidos y firmó un contrato por $30.25 millones y seis años con Cincinnati.
Salidos de un país cuyo gobierno determina cada paso de la población, los cubanos desconocen numerosos temas legales –en especial si se trata de gente humilde, más aún si proceden del interior del país, y –peor-- si hay mucha plata de por medio—y son presa fácil de lo que, por estas latitudes, se conoce como la letra chiquita de los documentos.
Frente a los Marineros de Seattle, el jardinero cubano del Oakland pegó este jueves su segundo jonrón de la recién inaugurada temporada; en la propia fecha, el pitcher holguinero del Cincinnati negoció su primer rescate del año, ante los Angelinos, coronado con ponche a Josh Hamilton para retirar el out 27. Si Céspedes y Chapman duermen a pierna suelta, ello puede ser un buen indicativo de su inocencia.