Reportaje desde Salud y Manrique

Iglesia habanera ocupada por disidentes

La nota publicada en el órgano del Partido Comunista es luz verde para un operativo de desalojo. .
Una nota hecha pública el jueves 15 de marzo en el diario oficial Granma y firmada por el portavoz de la iglesia católica cubana, Orlando Márquez, impugnó en duros términos la ocupación de la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, en las calles Soledad y Manrique, una barriada mayoritariamente negra y pobre en el centro de La Habana.
El martes 13, opositores pacíficos del Partido Republicano se plantaron en el templo habanero de la Patrona de Cuba con el objetivo de enviar un mensaje al Papa Benedicto XVI.
Entre sus reivindicaciones: la excarcelación de presos políticos, libertad de expresión, acceso a Internet y discusión de una hoja de ruta para la creación de un Estado de derecho. Igualmente piden que la Iglesia medie en la apertura de un diálogo entre el gobierno, la oposición interna y organizaciones del exilio, que propicie una apertura democrática en Cuba. Y recuerdan la labor de mediación que la Iglesia Católica hizo en Chile, Polonia y Yugoslavia. Además, al Gobierno del General Raúl Castro solicitan aumentarle la pensión a los jubilados.
Según la nota, “las autoridades eclesiásticas mantienen una comunicación frecuente con autoridades gubernamentales, quienes se han comprometido a no actuar en modo alguno”.
Pasada las 3 de la tarde del jueves, el templo, pintado de un fuerte color amarillo, se encontraba cerrado al público y un discreto operativo de fuerzas combinadas de la policía y la Seguridad del Estado merodeaban por el lugar, aunque no se había cerrado el tráfico y media docena de vendedores de flores ofertaban girasoles a escasos metros de la ermita.
“El barrio está quieto en base. Desde el martes los segurosos husmean por la zona”, comentó a Martí Noticias un vecino. Vladimir Calderón, de 47 años, es el líder del grupo de 8 hombres y 5 mujeres, entre estos una señora de 71 años y un anciano de 81. Sus teléfonos móviles se encontraban fuera de servicio.
Calderón es presidente del Partido Republicano de Cuba. En un sector de la disidencia capitalina, la nota de la Iglesia Católica fue catalogada de inadecuada. “Parecía un editorial de Granma o una nota del Ministerio del Interior”, apuntó un opositor que prefirió el anonimato. Si damos crédito a lo publicado en Granma, habría sido una acción planificada por un segmento de la oposición en diferentes templos del país, pues también se produjeron acciones similares en iglesias de Holguín, Las Tunas y Pinar del Río, aunque algunos opositores se negaron a participar por considerarlo “irrespetuoso hacia la iglesia”. Disidentes consultados creen que la nota en el órgano del Partido Comunista es luz verde para un operativo de desalojo por parte de la policía política.

La Habana a la espera de Benedicto XVI

A escasos días de la llegada a Cuba del Papa Benedicto XVI, estas acciones provocan no solo tensión en las fuerzas policiales y de inteligencia. También en el seno de la Iglesia hay preocupación de que opositores y religiosos de denominaciones afrocubanas realicen actos públicos y de desobediencia civil durante las 72 horas que el Sumo Pontífice estará en la Isla.
Si la visita de Juan Pablo II, en enero de 1998, transcurrió sin contratiempos, lo sucedido en La Habana y otras provincias, evidencian el disgusto de una parte de la oposición, que ha decidido expresar su inconformidad con acciones que tienen repercusión dentro y fuera del país.
La nota de la Iglesia Católica fue tajante. “Nadie tiene derecho a convertir los templos en trinchera política. Nadie tiene derecho a perturbar el espíritu celebrativo de los fieles cubanos y muchos otros ciudadanos que aguardan con júbilo la esperada visita del Santo Padre”.
En 53 años de régimen verde olivo, la ninguneada y reprimida disidencia pacífica cubana nunca ha tenido un sitio donde manifestar su descontento con el statu quo.