Yasel Lima Rodríguez está preso en la cárcel Valle Grande, en La Habana, desde el 2 de septiembre cuando se negara a ser fotografiado por la reportera del diario oficial Granma Yaimí Ravelo, según dijo a Martí Noticias la madre del joven, Vivian Rodríguez Moreno.
Luego del incidente, fue acusado de robo con violencia y coacción. La primera acusación fue retirada por falta de pruebas y la segunda lo mantiene bajo prisión provisional a espera de juicio.
"Él se encontraba en la zona de Wi-Fi de la Villa Panamericana (municipio Habana del Este), conectándose el día 4 de agosto. Una periodista se acercó, estaba tomándole una foto. Cuando él se percata, pregunta quién es ella, para qué, y qué quiere con él, y ella no se identificó. Ella se llama Yaimí Ravelo, dicen que es del periódico Granma", relata la madre de Yasel.
"Él le decía que borrara esa foto, y ella se niega, pero no hay nada más que una discusión", indicó Vivian.
Rodríguez Moreno dijo que su hijo y la fotorreportera terminaron de discutir, que otra periodista que la acompañaba también intervino y que se marcharon en un auto.
Martí Noticias conversó con Antonio Moreno, un joven que estaba junto a Yasel el día del suceso. "Yasel va a donde está ella y le pregunta; ¿por qué tú me tiras fotos? Y ella dice, no, porque yo soy periodista. Entonces, vino otra muchachita periodista, estuvieron ahí conversando y se fueron en el carro… y ya, eso fue lo que pasó".
Yasel Lima tiene 27 años y quedó cesante junto a muchos otros trabajadores de la fábrica donde trabajaba. Para él, todo había transcurrido con la misma tranquilidad con la que cada semana aparece por la zona de conexión, a donde van otros jóvenes, y menos jóvenes, a saber del mundo e intercambiar mensajes por las ahora visitadas redes sociales que han captado el interés de la juventud cubana. Pero 14 días después recibió la visita de policías de completo uniforme que se lo llevaron para la Unidad de Policía de Alamar.
El 18 de agosto las autoridades policiales se presentaron en la vivienda de Lima Rodríguez, pero como no se encontraba en casa le dejaron el aviso de la visita, explica su madre.
"Yo me presento con él en la estación de policía de Cojímar, dicen que no saben nada y regresamos a la casa. A los pocos minutos de regresar llegan los compañeros del DTI (Departamento Técnico de Investigaciones) y se lo llevan. 'No va a suceder nada, es una aclaración nada más'", dijeron.
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En horas de la tarde vino lo inesperado, relata Vivian Rodríguez.
"Registran la casa, mi nieto de cinco años se pone muy nervioso, le pedí a la policía que me permitieran sacarlo. Había dos patrullas y varias moticos (motocicletas) con compañeros del DTI. La orden de registro decía que se estaban buscando 'objetos de wi-fi' y otros de dudosa procedencia, cuando la denuncia es por coacción. En mi casa no había nada de dudosa procedencia, en mi casa no hay nada robado, somos sencillos, pero decentes", indicó.
Vivian relató que su hijo Yasel Lima Rodríguez estuvo detenido todo ese día en Cojímar, hasta el día siguiente que lo trasladaron para Alamar. Allí fue llevado para que lo identificaran por un presunto robo con violencia. "No fue identificado por eso, porque yo siempre digo, menos mal, porque nosotros somos negros y todos los negros se parecen. Esto es bastante duro y bastante triste", señala.
Desde entonces, Vivian Rodríguez, una mujer graduada de Pedagogía en la especialidad de Enseñanza Técnico-Profesional y que ahora trabaja en una fábrica que no quiso mencionar "para cuidar su trabajo", ha peregrinado por las oficinas de la Fiscalía municipal, la Oficina de Atención a la ciudadanía y en estos momentos redactaba una carta para enviar su queja "un poco más arriba".
Su hijo fue llevado el 2 de septiembre para la unidad de depósito, conocida como El Vivac, en Calabazar. El día 4 del mismo mes lo internaron en la prisión Valle Grande, hasta la fecha.
La periodista Yaimí Ravelo fue consultada por Martí Noticias el 14 de septiembre y no quiso hablar del incidente: "Yo ahora no le puedo explicar, porque como ese caso está en proceso, no puedo dar detalles", argumentó.
Al día siguiente, en las dos ocasiones en las que intentamos contactar a la fotorreportera nuevamente, informaron que estaba fuera de la oficina en la que trabaja en el diario oficial Granma.
Este artículo contó con la colaboración de las periodistas Seve Matamoros e Ivette Pacheco.
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