El japonés Yoshinobu Yamamoto justificó -¡en qué momento!- su megacontrato de 325 millones de dólares con los Dodgers de Los Angeles, al combinarse con cuatro relevistas para blanquear 2-0 a los Padres de San Diego y avanzar a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
Yamamoto, quien había sido apaleado en el primer juego de la serie divisional, tiró esta vez cinco innings sin carreras, con apenas dos hits permitidos, y se combinó con cuatro relevistas para dejar a los Padres en blanco por segundo juego consecutivo.
La ofensiva de San Diego, que en los primeros 20 innigs de la serie fue capaz de producir 21 carreras y disparar ocho jonrones, sufrió un colapso épico, al pasar los siguientes 24 episodios sin pisar el plato, con apenas 12 imparables en ese lapso.
El pitcheo de Los Angeles, plagado de lesiones y dudas, se erigió en una fortaleza infranqueable para los ilustres Luis Arráez, Fernando Tatis Junior, Manny Machado y compañía.
En el decisivo quinto juego, el puertorriqueño Kike Hernández resultó ser un héroe inesperado, al batear jonrón decisivo ante el japonés Yu Darvish, quien mereció mejor suerte.
Darvish trabajó seis innings y dos tercios, con solamente tres hits permitidos, entre ellos, el bambinazo de Hernández en el segundo, que hubiera sido suficiente para definir el choque, y otro del dominicano Teóscar Hernández en el séptimo, los dos batazos que marcaron la diferencia.
A partir del domingo, comienza la mejor Serie de Campeonato de la Liga Nacional posible, entre los Dodgers, el equipo con mejor récord en el viejo circuito, y los increíbles Mets de Nueva York, que ya tumbaron en esta postemporada a los Cerveceros de Milwaukee y los Filis de Filadelfia, campeones de las divisiones central y del Este, respectivamente.
Esta será la cuarta vez que ambos equipos se enfrenten en una serie de postemporada.
La primera vez fue en 1988, cuando los Dodgers derrotaron a los Mets en la SCLN y eventualmente, terminaron ganando la Serie Mundial.
Luego, en 2006 y 2015, el equipo de Nueva York se llevó la victoria en sendas series divisionales.
Entretanto, los Padres vieron cómo se le escapó otro año de grandes esperanzas y seguirán, al menos por una campaña más, en la infame lista de los únicos cinco equipos que jamás han ganado una Serie Mundial, donde acompañan a los Cerveceros, a los Rockies de Colorado, a los Rays de Tampa Bay y los Marineros de Seattle.
Esta vez estuvieron a punto de eliminar a los poderosos Dodgers, aunque al final recibieron una dolorosa lección: A punto no se apunta.