El manifestante del 11J en Camagüey Ángel Jesús Véliz Marcano, encarcelado en el penal Kilo 9, abandonó su huelga de hambre tres días después de que la iniciara, sin obtener que sus demandas fueran atendidas por las autoridades penitenciarias, pero si atrajo la solidaridad de otros presos políticos.
Con su protesta, Véliz Marcano exigía a los órganos judiciales y penitenciarios el apego a la legislación que regula el progreso al régimen de mínima severidad de los reclusos y el respeto a la dignidad de los penados, tanto políticos como comunes.
“Ángel Jesús está más tranquilo. Me dijo que sus ideas permanecían firmes, pero que pensó mucho, sobre todo en mí, y va a seguir enfrentándose por las injusticias que se cometen allí en la prisión, de negarle todos los beneficios y todos los derechos a los presos”, dijo a Martí Noticias, la madre Ailex Marcano, exiliada en Estados Unidos.
“Hubo muchos presos en diferentes prisiones del país que supieron de Ángel Jesús, por lo que está plantado y eso los conmovió, los llenó de esperanza, de orgullo y estaban con Ángel Jesús manifestando que estaban a su lado en la distancia”.
Las autoridades prohíben al joven, que extingue una sentencia de seis años de privación de libertad, el cambio a un régimen menos severo, al que ya tiene derecho.
A mediados de 2023, los mandos carcelarios y judiciales le otorgaron a Véliz Marcano la “mínima” pero pocos meses después, en octubre, lo revocaron a prisión cerrada debido a la posesión de una cuchilla que usaba en su trabajo de barbero en el centro correccional.
Por otra parte, el músico Juan Enrique Pérez Sánchez, recluido en la prisión Melena del Sur, fue castigado por varios días en una celda de aislamiento luego de que se cosiera la boca para probar la inanición voluntaria que comenzó el 6 de octubre como protesta contra la jefatura del penal que le retiró sus medicamentos.
Pérez es uno de los participantes de las demostraciones populares de 2021 en el poblado Vegas de la provincia Mayabeque, que fue condenado a ocho años de privación de libertad.
Martí Noticias no ha podido hablar con ningún familiar cercano de Pérez Sánchez, pero el Observatorio de Derechos Culturales (ODC) reportó sobre la huelga del artista preso.
“Se encuentra muy delgado y con padecimientos de asma constante y depresión. De ahí lo imprescindible del acceso a los medicamentos que su esposa ha podido conseguir”, escribió el ODC en un hilo en X.
La curadora de arte e investigadora de la entidad cultural independiente, Anamely Ramos, informó a nuestra redacción que un reo de la prisión Melena del Sur llamó por teléfono a Dayana Aranda, y le aseguró que su esposo Juan Enrique está de nuevo en su destacamento:
“Llamó un preso de la prisión para decir que ya habían llevado a Juan Enrique de nuevo para el destacamento, pero justo cuando ella le estaba preguntando que cómo estaba, ahí mismo él tuvo que colgar y no pudo seguir hablando”, relató.
“Entonces no sabemos, realmente, si dejó la huelga o no. Suponemos que sí, porque es raro que lo vuelvan a llevar para el destacamento si sigue plantado, pero la verdad es que no estamos seguros. Tampoco sabemos si es que le dieron los medicamentos y por eso se desplantó”, agregó Ramos.
La huelga de hambre es un recurso de lucha no violenta muy usado por los presos cubanos, en especial los políticos, que renuncian a cualquier tipo de alimentación para reivindicar el cumplimiento de algún derecho o eliminar medidas que consideran arbitrarias.