El preso político y líder opositor José Díaz Silva denunció a Radio Martí las condiciones que enfrenta en la prisión Combinado del Este, en La Habana, durante un pase dado por las autoridades del penal, en medio de presiones para que abandone el país.
"Estoy allí en el combinado del Este, en el edificio 1, en el primer piso norte. Eso ahí le dicen Incrementada, porque las celdas que están allí es para los que tienen problemas. Me tienen allí en una compañía que tiene 3 metros de ancho por cinco de largo", explicó el preso político.
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En ese espacio, los reos disponen de una cama, el baño y una pequeña ducha. Una vez al día, entre semana, los sacan a otra celda a tomar el sol durante una hora, y les permiten 5 minutos de llamada telefónica para hablar con su familia.
A esa celda "me llevan la comida; bueno, si le podemos llamar comida, porque eso no es comida", señaló el opositor, que lleva ya 10 meses encarcelado en esas condiciones.
"Allí yo no tengo derecho a nada. Llevo rato padeciendo de los riñones, de la cervical, la gastritis crónica... y, sin embargo, a mí no me han llevado al médico. Y para que se me dé una visita o un pabellón conyugal, que me tocan por la ley, me tengo que plantar y poner a correr a todos los oficiales, y la familia mía, a denunciar aquí", recalcó.
Los presos, en el Combinado del Este, "da tristeza lo que están sufriendo allí, principalmente los presos políticos", concluyó.
Esta es la segunda ocasión, tras uno concedido en octubre, en la que las autoridades otorgan un pase domiciar al activista con la intención de que abandone el país. Díaz Silva es presionado con otras dos peticiones fiscales, de 7 y 12 años de cárcel.
"Ellos dicen que a mí no me van a soltar nunca de la prisión, que yo tengo que irme del país. Ellos me traen a mí, me dan el pase ese, para que yo gestione (en la Embajada de EEUU) una entrevista, para que yo trate de sacar una visa", denunció Díaz Silva en octubre a Radio Martí.
El líder del movimiento "Opositores por una Nueva República" fue detenido en marzo, después de que el régimen le revocara una sentencia de dos años de trabajo correccional sin internamiento, por el cargo de "amenaza".
Días antes de su detención, la policía política le había advertido que podría ser llevado a prisión si continuaba apoyando a familiares de manifestantes del 11 de julio, en el reparto habanero de La Güinera, lo que finalmente sucedió.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)