Editorial de "El País" denuncia abuso y extrema dureza del régimen cubano con los manifestantes

Cubanos corearon "Abajo la dictadura" el 11 de julio en rechazo al gobierno de Miguel Díaz-Canel en La Habana.

Un editorial del diario español El País denuncia este jueves el abuso de poder y la extrema dureza del régimen cubano con los manifestantes del 11 de julio.

El importante periódico reconoce que la disconformidad crece en la isla y recuerda que el derecho a manifestarla es inalienable y está recogido en la propia Constitución cubana.

"Son muchos quienes dentro y fuera del país piden al Gobierno que abandone la persecución penal como arma política y se abra a un diálogo con los sectores críticos. Los juicios ya iniciados tienen todos los componentes de abuso de poder y falta de proporcionalidad manifiesta. Su desarrollo solo traerá más frustración y más dolor estéril", alerta el editorial.

La publicación, con más de 65 millones de lectores en todas sus ediciones, considera que las protestas de julio pasado transmitieron un mensaje inédito en los últimos 62 años pues "por primera vez se hacía pública, o intentaba hacerse pública, la protesta de un significativo porcentaje de su población, sin miedo a ser tachada de traidora a la patria por expresar su disconformidad".

"Lo que persistía era el miedo a la represión del régimen, y ha llegado ya. El Gobierno ha empezado los juicios que afectarán a hasta 790 personas, en su mayoría jóvenes, por participar en las protestas. Las marchas comenzaron en el pequeño pueblo de San Antonio de los Baños y se extendieron por más de 60 ciudades para exhibir el hartazgo de una población sometida desde hace décadas a todo tipo de penurias. Fueron en su mayoría manifestaciones pacíficas, pero el Gobierno contestó con extrema dureza. Cerca de un millar de personas fueron detenidas, y todo atisbo de apoyo a los encarcelados fue perseguido con saña en los últimos meses", recuerda el periódico fundado en 1976.

El diario considera que el argumento del régimen acerca de los juicios representa "el último acto de una escalada represiva desproporcionada y seguramente ineficaz" y asegura que La Habana quiere dejar en claro "que no serán toleradas nuevas protestas, y su aspiración de fondo es el escarmiento en cabeza ajena para potenciales protestas, pese a la continuidad previsible del deterioro de las condiciones de vida".

El editorial hace referencia a "la dureza de un embargo que acaba de cumplir 60 años, recrudecido durante la Administración de Donald Trump y sostenido en los mismos términos por Joe Biden: y asegura que "sigue teniendo efectos devastadores".

Sin embargo, apuntan que "detrás del estallido social anida un profundo malestar popular".

"Enviar a la cárcel a cientos de jóvenes para contener las manifestaciones de descontento solo niega el problema, aplaza la posibilidad de soluciones y revela, una vez más, la obstinación controladora y opresiva del Ejecutivo", afirma El País.