El diario panameño La Prensa criticó en su editorial del lunes, 6 de abril de 2015, la actitud adoptada por las autoridades panameñas, que tras retener a la activista cubana Rosa María Payá, "revisaron sus pertenencias (incluyendo ropa interior) y le advirtieron que sería deportada si causaba disturbios".
La Prensa señaló que "ésta no es la primera disidente que ha reportado este tipo de problemas en Tocumen", y dijo que "estos errores son inadmisibles para un país que tiene que desmostrar que respeta las diferencias ideológicas (porque) el mundo nos mira".
La Prensa sacó a relucir la descoordinación existente… mientras "Migración aseguró que no se le había negado la entrada ni retenido a ningún asistente a la Cumbre (…) la Cancillería salió lavando la cara (…) hay que tener cuidado: son miles y miles los funcionarios trabajando en este evento y cada uno representa al país entero".
Entretanto, en un comentario enviado a La Prensa, "El Panameño de a Pie" afirma:
"En el caso de la activista cubana, me da algo así como una sensación de bloqueo, que me impide calificar en los términos correctos las ineptitudes de nuestros funcionarios, recordándome a las idioteces que sucedían en el pasado quinquenio y esto parece ser una secuela.
De qué forma se le puede hacer entender de una vez por todas a la clase política 'democrática' de Panamá, que cada vez que se organicen eventos internacionales, cualquier desliz que atente contra los derechos humanos de algún individuo, queda inmediatamente bajo la lupa de la comunidad mundial, y cómo creen que quedamos?
Menos mal que la soltaron y se evitó una situación peor, gracias a quien tuvo la iluminación de aclarar el mal entendido".