Dos importantes diarios de Estados Unidos, LA Times de Los Ángeles, California, y el Houston Chronicle de Houston, Texas, en sendos editoriales califican de "desafortunado" que la ley que engloba las sanciones del embargo contra el Gobierno de los hermanos Castro en Cuba continúe siendo un obstáculo para las buenas relaciones que la Administración Obama persigue con La Habana.
LA Times: momento óptimo
El diario californiano dice que Barack Obama está
en el camino correcto pero que, desafortunadamente, él está en desacuerdo con influyentes legisladores sobre la "luz larga" con la que se debe ver la normalización de las relaciones con Cuba.
El periódico, que aborda el asunto en relación con la discusión de compensaciones entre los dos países, uno por propiedades confiscadas y el otro alegando daños causados por las sanciones, recuerda que la Ley de Libertad y Solidaridad Democrática para Cuba de 1996, mejor conocida como Ley Helms-Burton, prohíbe efectivamente al presidente levantar el embargo de manera unilateral.
También –explica– se opone a la ayuda estadounidense a la isla hasta que haya reformas democráticas que no involucren a los hermanos Castro; autoriza sanciones contra las empresas que hagan negocios con Cuba; y demanda las mismas compensaciones que están en discusión ahora.
El editorial afirma que "el embargo no sólo ha exacerbado las dificultades que enfrentan quienes viven bajo el régimen totalitario castrista, sino que ha perjudicado a los estadounidenses y las empresas de Estados Unidos sin debilitar el poder de los Castro".
"Con Fidel retirado y Raúl prometiendo hacerlo en 2018, este es un momento óptimo para que Estados Unidos comience a ejercer influencia positiva sobre uno de sus vecinos más cercanos", concluye diciendo LA Times.
Houston Chronicle: el peso de la relación
El Houston Chonicle admite que no hay duda de que los actuales dirigentes cubanos vislumbran un futuro en el que el actual sistema económico y político permanezca básicamente intacto, pero considera, por otra parte, que el embargo no es sólo un gran obstáculo para las buenas relaciones con Cuba, sino también para los cambios en la isla.
El periódico apunta el doble efecto del acercamiento: los estadounidenses viajando al país comunista en número creciente y decenas de miles de cubanos inundando Centroamérica en pos de llegar a Estados Unidos.
La junta editorial del diario tejano supone una influencia potencial de Estados Unidos en Cuba que atribuye a cierto fatalismo cuantitativo: "El peso de una relación normal con Estados Unidos, que tiene la mayor economía del mundo, y 310 millones de habitantes, en comparación con los 12 millones de Cuba, y está a sólo 90 millas al norte, podría traer cambios a la isla", dice.
"El intento de coerción económica del embargo sólo endureció la resistencia del Gobierno a cambiar, le dio una excusa para los problemas del país, y resultó en una muy limitada influencia de Estados Unidos. También generó simpatía mundial para Cuba", continúa.
Se refiere a un sondeo de la encuestadora Bendixen & Amandi con sede en Miami, publicado la semana pasada. Según la cual, por primera vez, una mayoría de los cubanoamericanos –53%– cree que es hora de poner fin al embargo.
"En Estados Unidos, estamos acostumbrados a palabras duras y a una política exterior belicosa, pero a veces –quizás muchas veces– el soft power funciona mejor. Eso es lo que Obama está intentando con Cuba", dice el Chronicle.
El editorial sugiere al Congreso que ayude a derogar el embargo tan pronto como sea posible "para que las empresas estadounidenses puedan tener pleno acceso al mercado cubano y las relaciones comerciales entre los dos países puedan crecer".
Cuando eso suceda, "va a ser muy interesante ver lo que el futuro trae para Cuba y para las relaciones entre Estados Unidos y Cuba", concluye diciendo el Houston Chronicle.