El gobierno de Estados Unidos anunció este martes la expansión de su política de restricciones de visa para personas involucradas en el programa de exportación de mano de obra cubana, una medida que apunta principalmente a la explotación de los trabajadores en las misiones médicas en el extranjero.
El secretario de Estado, Marco Rubio, informó que la ampliación de esta política afectará a funcionarios actuales y antiguos del gobierno cubano, así como a individuos extranjeros, incluidos funcionarios de otros países, que se consideren responsables o cómplices de este esquema de explotación laboral. La restricción de visas también se aplicará a los familiares inmediatos de estas personas.
El Departamento de Estado confirmó que ya ha impuesto restricciones de visa a varios individuos, incluidos ciudadanos venezolanos, bajo esta política ampliada.
Cuba sigue lucrando con el trabajo forzado
Según Rubio, el régimen cubano continúa beneficiándose económicamente del trabajo forzado de sus ciudadanos, implementando prácticas laborales abusivas y coercitivas que han sido ampliamente documentadas.
"Las misiones médicas en el extranjero no solo enriquecen al régimen, sino que también privan a los cubanos de la atención médica que tanto necesitan en su país", expresó el secretario de Estado.
La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental dijo en X que el tráfico de mano de obra "abusivo y coercitivo está bien documentado en los programas de exportación de mano de obra de Cuba".
"No toleraremos la explotación del pueblo cubano ni la negación del acceso a la atención médica a los cubanos comunes y corrientes que resulta de estos programas", añadió.
EEUU refuerza su compromiso contra el trabajo forzado
El gobierno estadounidense reafirmó su determinación de combatir la explotación laboral en todo el mundo, asegurando que no solo sancionará a los funcionarios cubanos responsables, sino también a aquellos en otros países que participen en la explotación de trabajadores cubanos.
El programa de misiones médicas cubanas ha sido denunciado por organismos internacionales y exintegrantes, quienes han descrito condiciones de trabajo forzoso, retención de pasaportes y vigilancia constante por parte del gobierno cubano.
El Gobierno cubano envía anualmente a decenas de miles de trabajadores al extranjero bajo acuerdos de cooperación, siendo las misiones médicas las más predominantes. Sin embargo, también exporta la mano de obra de profesionales en sectores como la educación, el arte, el deporte, la ingeniería y la marina mercante.
Para finales de 2023, más de 22 mil trabajadores cubanos estaban desplegados en 53 países, con los médicos, representando el 75% de esta fuerza laboral exportada. Durante la pandemia, el régimen amplió su alcance a través de las Brigadas Henry Reeve, obteniendo ingresos anuales estimados entre $6.000 y $8.000 millones por la exportación de servicios, su mayor fuente de divisas.
Las condiciones laborales en estas misiones han generado preocupación internacional, ya que el Gobierno cubano somete a sus trabajadores a leyes coercitivas. Quienes abandonan las misiones sin autorización son considerados “desertores” e “indeseables”, prohibiéndoles regresar a Cuba por ocho años y separándolos de sus familias.
Además, los cubanos que permanecen más de 24 meses fuera del país pierden su ciudadanía y propiedades. Para 2021, el régimen había sancionado a 40 mil profesionales, y en 2022, cerca de 5 mil menores fueron separados forzosamente de sus padres debido a estas disposiciones.
Estas políticas han sido catalogadas como una forma de trabajo forzado y represión sistemática contra quienes buscan ejercer su libertad de movimiento.
¿Qué impacto tendrá esta medida en la relación entre EEUU y Cuba?
Expertos señalan que la política podría aumentar la presión sobre el gobierno cubano, afectando su acceso a divisas provenientes de estos programas, mientras que algunos países aliados de La Habana podrían verse afectados por las sanciones.