EEUU arrolló 11x1 a Cuba y aseguró el tope beisbolero

Lilianna Ploumen (i), visita la Terminal de Contenedores del Puerto de Mariel, en Artemisa (Cuba)

Los norteños conquistaron los pleitos 1 y 2, cedieron en el tercer duelo y se impusieron nuevamente la víspera.

Fue una paliza de 11x1 carreras, así los peloteros colegiales de Estados Unidos abrasaron en sus fuegos pirotécnicos a la selección nacional de Cuba, derrotada por tercera vez en la serie bilateral 2015, esta vez en Charlotte, North Carolina.

Ryan Howard y Nick Banks pegaron jonrones este 4 de julio y garantizaron que la balanza quedará del lado del equipo de las barras y estrellas cuando resta un solo partido por jugar, el lunes a las siete de la noche. Los norteños conquistaron los pleitos 1 y 2, cedieron en el tercer duelo y se impusieron nuevamente la víspera.

Un veterano, el derecho Ismel Jiménez, de Sancti Spíritus, abrió en la lomita antillana y dejó la pizarra en su contra, 0x3 al cabo de seis innings, con siete hits tolerados. Erlys Casanova, Yander Guevara y Yuniel Cano entraron como relevistas y cada uno recibió su castigo, pues Estados Unidos acumuló 16 imparables, ante cuatro de los derrotados.

Cuba tampoco brilló a la defensa, con cuatro errores cometidos, en tanto sus bisoños contrincantes pifiaban en dos ocasiones. El equipo que dirige el avileño Roger Machado se salvó de la lechada en el noveno capítulo, al compás de un doble impulsor de otro pelotero de muchas campañas, el habanero Rudy Reyes.

Aunque los hombres de la Isla lideran el marcador histórico entre estos elencos, 66 triunfos por 38, la diferencia ha disminuido desde 2013 cuando se rompió un largo paréntesis que se remontaba a 1996. Aguijoneado por las deserciones hacia circuitos profesionales –y el añadido del bloqueo castrista, que no permite alinear en la selección nacional a cubanos que vivan fuera del país– el béisbol cubano se mueve cada vez más contra la corriente.

En este 2015 las autoridades deportivas asentadas en La Habana debieron armar un elenco con hombres que por su limitado talento jamás hubieran desplazado a los Aroldis Chapman, José Abreu, Yasiel Puig o Alexei Ramírez –todos exitosos en su escapada hacia las Grandes Ligas norteamericanas– y tiraron además del baúl, con la convocatoria de algunos veteranos en franca decadencia.

El receso dominical en territorio de la Unión será otro quebradero de cabeza para la jefatura de la delegación cubana, ante el temor de nuevas deserciones. Para los caribeños, el duelo bilateral que se había diseñado como entrenamiento idóneo para los cercanos Juegos Panamericanos en Toronto, Canadá, adquiere cada vez más tintes dramáticos.

Si Cuba cayó en el primer partido de este 2015 por la vía del no hit no run –el mismo día que su Gobierno y el de Estados Unidos anunciaban la próxima apertura de embajadas en los respectivos territorios–, la paliza soportada este Día de la Independencia será también difícil de olvidar.