La publicación Foreign Policy (FP) informa, citando a la veterana legisladora cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen, que la bancada republicana mayoritaria en el Congreso de Estados Unidos no avanzará un proyecto de ley para bloquear la acción ejecutiva del presidente Barack Obama que retiraría a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
"No podemos revertirlo," dijo Ros-Lehtinen al sitio de política exterior, en una entrevista el miércoles. "Acabamos de recibir la información de la Oficina del Parlamentario: No es (legalmente) factible".
La Oficina del Parlamentario ofrece a la Cámara de Representantes orientación imparcial sobre las normas y procedimientos. Para ello, compila los antecedentes parlamentarios, que guían a la Cámara en cuestiones relativas al procedimiento legislativo.
Un parlamentario ha sido nombrado, sin tener en cuenta su afiliación política, en cada Congreso desde 1927. En la actualidad desempeña ese cargo Thomas J. Wickham Jr.
Ros-Lehtinen había obtenido el apoyo de 35 copatrocinadores para un proyecto de ley dirigido a bloquear la medida de Obama, y planeaba presentarlo esta semana. Funcionarios del Departamento de Estado y la Casa Blanca, que ya se preparan a enfrentarse al Capitolio en cuanto al financiamiento de una embajada de Estados Unidos en La Habana, también estaban anticipando una reñida pelea con el Congreso acerca del proyecto legislativo contra la exclusión de Cuba.
Contra lo que todos creían
"Todo el mundo creía que el Congreso lo podría hacer", dijo un asesor legislativo. "Habría significado semanas de audiencias en la Cámara y el Senado dedicadas a criticar la política hacia Cuba de Obama. Esto libra de un dolor de cabeza a la Administración".
Según Ros-Lehtinen, la confusión sobre la autoridad del Congreso surgió de una mala interpretación de la Ley Helms-Burton, la ley federal aprobada en 1996 que amplió y fortaleció el embargo de Estados Unidos contra Cuba.
"Cuando la redactamos colocamos el embargo en la legislación de manera que sólo pudiera ser levantado por una ley del Congreso", dijo. "Pero ni siquiera pensamos en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, pues no se hablaba mucho de eso".
"Ahora no podemos hacerlo legislativamente", remarcó.
Foreign Policy recuerda que la semana pasada, Obama hizo una recomendación formal al Congreso para eliminar a Cuba de la lista, que también incluye a adversarios tradicionales de Estados Unidos, como Irán y Siria, poniendo en marcha un proceso de revisión de 45 días por la legislatura.
Numerosos medios informaron entonces que los legisladores podrían tomar medidas para bloquear la movida mediante una resolución conjunta durante el período de revisión, lo cual habría generado un enfrentamiento entre las dos ramas del poder.
La eliminación de la designación de Cuba es un paso importante en los esfuerzos de la Casa Blanca para normalizar las relaciones con el Gobierno castrista. Su reiterada inclusión desde 1982 por el Departamento de Estado había sido un obstáculo que La Habana resentía para el acercamiento.
La salida de Cuba eliminaría algunas sanciones contra el Gobierno de los Castro, tales como las restricciones a la ayuda de organismos financieros multilaterales y la prohibición a los bancos de tratar con La Habana.
Ros-Lehtinen dijo que planea introducir en las próximas semanas proyectos legislativos dirigidos a frenar la nueva política hacia Cuba de Obama, pero enfatizó que no se ocupará de la exclusión de Cuba de la lista de terrorismo "porque no podemos deshacerlo", dijo.
"Incluso si lo aprobáramos... sería una victoria pírrica", añadió.