Cómo los hombres de Maduro pactaron para entregarlo

Maduro reunido con el alto mando militar en Miraflores el 30 de abril.

Los altos cargos chavistas que negociaban con la oposición la salida del presidente venezolano, Nicolás Maduro, han "apagado sus celulares" y no responden, desveló en una entrevista con Efe el enviado para Venezuela, Elliott Abrams.

"Me he encontrado con que muchos de ellos han apagado sus celulares", reconoció Abrams.

El diplomático expresó su frustración con tres figuras clave del chavismo, entre ellas el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, que supuestamente habrían negociado durante varios meses con la oposición para darle la espalda a Maduro y apoyar al líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente por 54 naciones.

"Hablaron, hablaron y hablaron, y cuando llegó el momento de la acción no estuvieron dispuestos a hacerlo", criticó Abrams.

Me refiero a mucha gente en los altos niveles del Gobierno venezolano ...

Según Washington, también formaron parte de esas conversaciones el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, y el comandante de la Guardia de Honor Presidencial y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), Iván Rafael Hernández Dala.

Preguntado sobre si Padrino, Moreno y Hernández Dala son quienes tienen el celular apagado, Abrams se limitó a contestar: "Me refiero a mucha gente en los altos niveles del Gobierno venezolano".

Abrams calificó de "desafortunada" la decisión de los tres chavistas de no cumplir con lo que supuestamente habían pactado en esas negociaciones, en las que Washington asegura que no participó y donde se pactó una transición política con "garantías para respetar la dignidad de gente como Maduro para que pudieran irse con honor".

Un acuerdo excelente

"Fue desafortunado porque el acuerdo que se había alcanzado entre los venezolanos era un acuerdo excelente, un acuerdo extenso que hablaba de estabilidad política (...) de protecciones y garantías para los militares y de medidas para restaurar la economía", detalló.

Para garantizar una salida pacífica de Maduro y de los militares de Venezuela, Washington mantuvo una serie de "conversaciones" con las autoridades españolas sobre la posibilidad de que España acogiera a funcionarios venezolanos que decidieran desertar, confirmó a mediados de marzo el propio Abrams.

A ese respecto, hoy indicó que esas conversaciones "continúan, aunque no se producen todos los días" y alabó el comunicado que ayer martes el Gobierno español publicó en apoyo a Guaidó, una respuesta que calificó de "muy fuerte".

Desde este martes, el país ha estado presionando a los militares venezolanos y a figuras clave del chavismo para que apoyaran el
levantamiento de Guaidó, y ha responsabilizado a Rusia y Cuba de que, horas después del alzamiento, Maduro siguiera en el poder.

Maduro y Guaidó han instado hoy a salir a las calles a sus seguidores coincidiendo con el Primero de Mayo, Día de los Trabajadores.

En ese sentido, Abrams aseguró que el Gobierno "teme" que Maduro envíe a los "colectivos", grupos armados de civiles, a reprimir las manifestaciones y eso genere más "violencia".

Al ser consultado sobre si eso desencadenaría una intervención militar del país, Abrams respondió: "No voy a hablar de lo que haríamos militarmente en este tema, pero sí diré esto, el uso de la violencia por parte del régimen y el potencial arresto de Guaidó tendría un enorme impacto en Europa, en Latinoamérica y en el Grupo de Lima".

No descartó, entre otras cosas, que el círculo de Maduro pueda sufrir más sanciones y restricciones de visados.

Revertir por completo el acercamiento

Durante meses, Washington ha culpado a Cuba de la situación en Venezuela y afirma que hay 25.000 efectivos cubanos infiltrados en
las fuerzas de seguridad e inteligencia venezolanas.

Abrams amenazó con nuevas sanciones a La Habana e insinuó que el Gobierno de Donald Trump podría revertir por completo el acercamiento que en 2014 iniciaron el entonces presidente de estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro.

"Hemos más o menos revertido la mitad de lo que hizo la Administración de Obama, pero todavía queda la otra mitad. Y verás qué pasa con eso si Cuba no cambia su política", avisó.