Donald Trump incitó el miércoles a la inteligencia rusa a rastrear los correos electrónicos de su contrincante Hillary Clinton, un comentario que provocó la condena del equipo de campaña demócrata a las elecciones de noviembre.
Durante una conferencia en Doral, Florida, Trump negó tener nexos con Rusia y rechazó las insinuaciones de que Moscú está detrás de la reciente filtración de miles de correos electrónicos que puso en apuros al Partido Demócrata.
"Les diré esto, Rusia, si estás escuchando: espero que seas capaz de hallar los 30.000 emails que están perdidos. Probablemente serán generosamente recompensados por la prensa", dijo Trump.
No obstante, el magnate neoyorquino explicó que su única vinculación con Rusia ocurrió cuando vendió una casa por 100 millones de dólares a un ruso en Palm Beach, Florida.
Trump también arremetió contra un escándalo sobre el uso que dio Clinton a sus correos electrónicos en los tiempos en que fue secretaria de Estado y mencionó los más de 30.000 correos electrónicos que la candidata borró, supuestamente porque eran personales y no estaban vinculados a su trabajo como jefa de la diplomacia.
Los demócratas responden a Trump
Y la campaña de Clinton no tardó en responder, acusando en tono airado a Trump de alentar el espionaje internacional.
"Esta debe ser la primera vez que un importante candidato ha alentado activamente a un poder extranjero para que cometa espionaje contra su rival político", escribió en un comunicado Jake Sullivan, un alto asesor de Clinton.
"Esto ya pasó de ser un asunto curioso y un asunto político, a ser un problema de seguridad nacional".
El FBI investigó el caso de los emails de Clinton y concluyó a principios de mes que ella había sido "extremadamente descuidada" en su uso del material clasificado, pero no recomendó su imputación.
Los correos divulgados por Wikileaks pusieron en evidencia que varios responsables del Partido Demócrata intentaron menoscabar la campaña de Bernie Sanders, contrincante de Hillary Clinton en las primarias.
Expertos en seguridad informática contratados por la campaña de Clinton dieron a entender que Rusia era la responsable de la filtración y estimaron que con ello el país asiático pretendía favorecer a Donald Trump.
Este miércoles, el Kremlin negó estas acusaciones.
El magnate inmobiliario, quien insistió además en que no tiene ninguna inversión en Rusia, propuso aliarse a ese país en la lucha contra el grupo Estado Islámico y criticó el eventual ingreso de refugiados.