Al cumplirse 500 días del encarcelamiento del obispo Rolando Álvarez en Nicaragua, Estados Unidos hizo una vez más un llamado al gobierno de Nicaragua “para que libere de inmediato y sin condiciones al obispo Rolando Álvarez”.
En un comunicado, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller señaló que “el presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo han encarcelado injustamente al obispo Rolando Álvarez durante 500 días”.
“Durante ese tiempo, las autoridades nicaragüenses mantuvieron aislado al obispo Álvarez, bloquearon la evaluación independiente de las condiciones de su encarcelamiento y publicaron videos y fotomontajes que solo aumentan las preocupaciones sobre su bienestar”, señaló Miller.
El portavoz de la cancillería estadounidense recordó que, además del obispo Álvarez, "muchos líderes religiosos siguen detenidos injustamente en Nicaragua", incluido el obispo Isidoro Mora y varios sacerdotes.
“El régimen Ortega-Murillo continúa imponiendo severas restricciones a las comunidades religiosas y negando a los ciudadanos nicaragüenses la capacidad de practicar libremente sus religiones y expresar sus creencias”, dijo Miller.
El 4 de agosto de 2022, la policía impidió a Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa, salir de su casa para oficiar misa en una catedral local luego de que criticara el reciente cierre por parte del gobierno de varias estaciones de radio católicas y su historial de derechos humanos. Álvarez permanecía bajo arresto domiciliario de facto. mientras las autoridades lo investigaban por “organizar grupos violentos” y alentarlos “a realizar actos de odio contra la población”.
El 19 de agosto de 2022, la policía arrestó a Álvarez en su residencia. El religioso fue luego trasladado a Managua y puesto bajo arresto domiciliario en casa de sus padres. Meses después, en diciembre de 2022, un tribunal ordenó que Álvarez permaneciera bajo arresto domiciliario acusado de “conspiración” y “difusión de noticias falsas”.
El 10 de febrero de 2023, un tribunal condenó a Álvarez a 26 años de prisión luego de que se negara a exiliarse a Estados Unidos en una liberación de prisioneros el día anterior.
Mientras tanto, en el primer día del 2024, el Papa Francisco denunció la creciente represión contra la Iglesia católica en Nicaragua por parte del gobierno del presidente Ortega.
Doce sacerdotes y un obispo han sido detenidos en los últimos días en el país centroamericano, donde Ortega comenzó a reprimir a la Iglesia tras manifestaciones nacionales en 2018.
"Sigo con preocupación lo que está sucediendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de su libertad", dijo Francisco en su mensaje semanal y bendición en la Plaza de San Pedro.
"Expreso mi cercanía en oración a ellos, a sus familias y a toda la iglesia en Nicaragua. Espero que se pueda seguir el camino del diálogo para superar las dificultades", añadió.
Desde las protestas de 2018, Ortega ha acusado a los sacerdotes de organizarse y orquestar un golpe de estado. Los obispos habían pedido al presidente justicia para los fallecidos durante las protestas y elecciones anticipadas.
En marzo pasado, se ordenó el cierre de la embajada del Vaticano en Nicaragua. El nuncio o embajador del Vaticano fue expulsado del país centroamericano en 2022.
(Incluye información de Reuters)