Sin embargo, Estados Unidos reconoce que "a lo largo de 2013, el Gobierno de Cuba apoyó y albergó las negociaciones entre las FARC y el Gobierno de Colombia destinadas a forjar un proceso de paz entre los dos".
Estados Unidos mantuvo hoy a Cuba junto a Irán, Sudán y Siria en su lista de países que patrocinan el terrorismo, pese a considerar que la isla aflojó en 2013 sus "lazos" con el grupo vasco ETA y que no proporciona armas ni entrenamiento paramilitar a grupos terroristas.
La lista, incluida en el informe anual sobre el terrorismo en el mundo que presentó hoy el Departamento de Estado, subraya que Cuba ha dado refugio "desde hace años" a miembros de ETA o guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), si bien reconoce su papel mediador en el proceso de paz colombiano.
Cuba integra la lista desde 1982, lo que supone la imposición de sanciones como la prohibición de la venta y exportación de armas, prohibición de ayuda económica y restricciones a las transacciones financieras entre ciudadanos.
Según el informe, relativo a 2013, durante el último año han "continuado los informes que indican que los lazos de Cuba con ETA se han vuelto más distantes, y que alrededor de ocho de las dos docenas de miembros de ETA en Cuba cambiaron de localización con la cooperación del Gobierno español".
Estados Unidos reconoce que "a lo largo de 2013, el Gobierno de Cuba apoyó y albergó las negociaciones entre las FARC y el Gobierno de Colombia destinadas a forjar un proceso de paz entre los dos".
"El Gobierno de Cuba ha facilitado el viaje de representantes de las FARC a Cuba para participar en estas negociaciones, en coordinación con representantes de los Gobiernos de Colombia, Venezuela y Noruega, así como la Cruz Roja", apunta el informe.
El documento señala, además, que "no hay indicaciones de que el Gobierno de Cuba proporcionara armas o entrenamiento paramilitar a grupos terroristas", como indicaron también los informes de los dos últimos años.
Sin embargo, el Departamento de Estado asegura que el Gobierno cubano "siguió proporcionando refugio a fugitivos buscados por EE.UU., y les dio apoyo al facilitarles un techo, raciones de alimentos, libros y cuidados médicos".
La inclusión de Cuba en la lista mereció en enero pasado la condena de todos los países de Latinoamérica y el Caribe, que expresaron su rechazo a esa medida en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en La Habana.
Corea del Norte, Irak y Libia han desaparecido del listado en la última década, algo para lo que EE.UU. exige contar con un compromiso del Gobierno en cuestión, de que no tiene intención de involucrarse o apoyar el terrorismo en el futuro.
En cuanto a Irán, incluido como patrocinador del terrorismo desde 1984, EE.UU. afirma que "continuó su actividad" relacionada con esas actividades en 2013, al "apoyar a Hizbulá y a grupos terroristas palestinos en Gaza", y "aumentó su presencia en África", además de "intentar hacer llegar armas" a separatistas en Yemen y Barein.
Respecto a Siria, indica que "continuó su apoyo político a una diversidad de grupos terroristas que afectan a la estabilidad de la región", incluso a pesar de la guerra proporcionó armas y apoyo a Hizbulá y que su relación con ese grupo libanés y con Irán "se fortaleció en 2013 mientras seguía el conflicto en Siria".
En cuanto a Sudán, incluido desde 1993, Estados Unidos reconoce que cooperó el pasado año en la lucha antiterrorista, pero sigue siendo "base logística" de miembros de "grupos inspirados en Al Qaeda" y hay informes de sudaneses "participando en grupos y actividades terroristas" en países como Somalia o Mali.
La lista, incluida en el informe anual sobre el terrorismo en el mundo que presentó hoy el Departamento de Estado, subraya que Cuba ha dado refugio "desde hace años" a miembros de ETA o guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), si bien reconoce su papel mediador en el proceso de paz colombiano.
Cuba integra la lista desde 1982, lo que supone la imposición de sanciones como la prohibición de la venta y exportación de armas, prohibición de ayuda económica y restricciones a las transacciones financieras entre ciudadanos.
Según el informe, relativo a 2013, durante el último año han "continuado los informes que indican que los lazos de Cuba con ETA se han vuelto más distantes, y que alrededor de ocho de las dos docenas de miembros de ETA en Cuba cambiaron de localización con la cooperación del Gobierno español".
Estados Unidos reconoce que "a lo largo de 2013, el Gobierno de Cuba apoyó y albergó las negociaciones entre las FARC y el Gobierno de Colombia destinadas a forjar un proceso de paz entre los dos".
"El Gobierno de Cuba ha facilitado el viaje de representantes de las FARC a Cuba para participar en estas negociaciones, en coordinación con representantes de los Gobiernos de Colombia, Venezuela y Noruega, así como la Cruz Roja", apunta el informe.
El documento señala, además, que "no hay indicaciones de que el Gobierno de Cuba proporcionara armas o entrenamiento paramilitar a grupos terroristas", como indicaron también los informes de los dos últimos años.
Sin embargo, el Departamento de Estado asegura que el Gobierno cubano "siguió proporcionando refugio a fugitivos buscados por EE.UU., y les dio apoyo al facilitarles un techo, raciones de alimentos, libros y cuidados médicos".
La inclusión de Cuba en la lista mereció en enero pasado la condena de todos los países de Latinoamérica y el Caribe, que expresaron su rechazo a esa medida en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en La Habana.
Corea del Norte, Irak y Libia han desaparecido del listado en la última década, algo para lo que EE.UU. exige contar con un compromiso del Gobierno en cuestión, de que no tiene intención de involucrarse o apoyar el terrorismo en el futuro.
En cuanto a Irán, incluido como patrocinador del terrorismo desde 1984, EE.UU. afirma que "continuó su actividad" relacionada con esas actividades en 2013, al "apoyar a Hizbulá y a grupos terroristas palestinos en Gaza", y "aumentó su presencia en África", además de "intentar hacer llegar armas" a separatistas en Yemen y Barein.
Respecto a Siria, indica que "continuó su apoyo político a una diversidad de grupos terroristas que afectan a la estabilidad de la región", incluso a pesar de la guerra proporcionó armas y apoyo a Hizbulá y que su relación con ese grupo libanés y con Irán "se fortaleció en 2013 mientras seguía el conflicto en Siria".
En cuanto a Sudán, incluido desde 1993, Estados Unidos reconoce que cooperó el pasado año en la lucha antiterrorista, pero sigue siendo "base logística" de miembros de "grupos inspirados en Al Qaeda" y hay informes de sudaneses "participando en grupos y actividades terroristas" en países como Somalia o Mali.