En un momento clave para ambos países, los gobiernos de Estados Unidos y Cuba sostuvieron el miércoles una reunión bilateral sobre asuntos migratorios, que tuvo lugar en la capital cubana.
El encuentro revisó la implementación de los Acuerdos Migratorios iniciados en 1984, en el contexto del mayor éxodo migratorio de cubanos hacia Estados Unidos y ante la proximidad de que la futura Administración de Donald Trump ejecute su promesa de campaña de una deportación masiva.
Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, dijo que en la reunión "se destacó el éxito en la reducción de la migración irregular cubana por vías marítimas y terrestres".
Durante el periodo fiscal 2024, que concluyó el 30 de septiembre pasado, 217.615 cubanos llegaron a los Estados Unidos. Las cifras indican que la llegada de cubanos por los puntos fronterizos estadounidenses se incrementó en aproximadamente 20.000 en el año fiscal (FY2024) en comparación con el anterior (FY2023), que registró 200.287, aunque aún lejos de la cifra récord de 224.607 correspondiente a 2022.
"Esta es la segunda de dos reuniones bilaterales programadas sobre migración en 2024, lo que refleja el compromiso de Estados Unidos con una migración segura, legal y ordenada. El subsecretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Eric Jacobstein, encabezó la delegación estadounidense y el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, encabezó la delegación cubana", informó el Departamento de Estado de Estados Unidos.
En un comunicado, Washington afirmó que su delegación abordó cuestiones clave relacionadas con la colaboración en los procedimientos de inmigración y destacó los desafíos para lograr los objetivos de los Acuerdos.
"Durante las conversaciones, Estados Unidos planteó al gobierno cubano importantes intereses estadounidenses, entre ellos facilitar la reunificación familiar, desalentar la migración irregular y mejorar el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba", indicó la nota oficial de la cancillería estadounidense.
En tanto, la parte cubana dijo que durante la reunión "enfatizó la importancia de cumplir los acuerdos establecidos de forma integral y no selectivamente".
Una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) aseguró que la delegación cubana "reiteró su preocupación por las políticas y medidas de estímulo a la migración irregular" y "el impacto negativo" del embargo estadounidense a la isla y "su recrudecimiento extremo desde 2019".
Según La Habana, esto ha afectado las condiciones de vida de la población cubana y constituye un "incentivo importante a la migración".
"Se destacaron la permanencia del país en la llamada Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo, el trato preferencial que reciben los cubanos que entran de manera ilegal en el territorio estadounidense y la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano", informó la cancillería de Cuba.
Al mismo tiempo, la parte cubana aseguró que exigió el restablecimiento total del procesamiento de visas de no inmigrantes en la Embajada estadounidense en La Habana.
Según el MINREX, en la nueva ronda de conversaciones se abordó el "creciente número de incidentes en que las autoridades migratorias de EEUU han ofrecido un trato discriminatorio y hostil contra cubanos y estadounidenses que entran legalmente a EEUU a través de sus aeropuertos, cuando regresan de sus visitas a Cuba".
Cuba se opone al plan de deportación masiva
Al finalizar la reunión, Fernández de Cossío comentó en una rueda de prensa que la propuesta del gobierno de Donald Trump de deportar a un gran número de inmigrantes que residen ilegalmente en Estados Unidos, en el caso de los cubanos, tendría que ser examinada dentro de los límites de los acuerdos existentes entre Washington y La Habana.
"En ese contexto, no es realista pensar que vaya a haber deportaciones masivas desde Estados Unidos a Cuba", dijo de Cossío a periodistas y aclaró que la propuesta de deportación de la futura Administración no fue abordada en la reunión del miércoles.
"Pretender deportar a Cuba a decenas de miles o cientos de miles de cubanos sería desarraigar a personas que ya han hecho su vida en Estados Unidos", afirmó el funcionario cubano.
La nueva Administración estadounidense que tomará posesión el próximo 20 de enero ha establecido en su plataforma de gobierno el control migratorio como una prioridad.
Para ello prometen en primer lugar "sellar la frontera y detener la invasión migrante" y en segundo lugar, "llevar a cabo la operación de deportación más grande de la historia de Estados Unidos".