La obra “Comerciando con el enemigo” tiene como protagonistas a palomas que llegaron a como contrabandistas y otras como documentalistas tras ser dotadas con cámaras para filmar el viaje a través del Estrecho de la Florida.
Un estadounidense que vive de hacer tatuajes montó una inusual muestra de arte con palomas mensajeras que volaron entre La Habana y Cayo Hueso y que será inaugurada en la galería Magnan Metz de Nueva York el próximo 1ro. de noviembre.
La exposición, reseñada por el diario The New York Times, lleva por título “Comerciando con el enemigo” y tiene como protagonistas a las palomas, una mitad de las cuales regresaron a EE.UU como contrabandistas, trayendo tabacos cubanos, y la otra como documentalistas tras ser dotadas con cámaras para filmar el viaje a través del Estrecho de la Florida.
El artista, Duke Riley, dijo que la idea de la exhibición, que además expondrá los videos, es poner de relieve la larga historia de piratería que existe en la frontera sur y de paso burlarse de los supercostosos y modernos drones (aviones no tripulados) contrastándolos con “cosas (las palomas mensajeras) que ya eran utilizadas en la antigua Sumeria”.
Riley, de 41 años, empezó a entrenar 50 palomas el año pasado en Florida, 23 de las cuales partieron en una primera misión este verano, dice el diario, y solamente 11 regresaron.
Según el Times, el hecho de que las aves hayan retornado trayendo habanos cuya importación está prohibida en EE.UU. tiene “desconcertado” al Departamento de Estado, y el artista dice que si se le pregunta cómo terminaron en su desván esas palomas la respuesta es: “realmente, no puedo decir cómo sucedió”.
La reseña del diario destaca que las palomas, un par de las cuales estará a la venta, cada una en $100 mil dólares, tienen puestos los nombres de notorios contrabandistas.
Una se llama Pablo Escobar, otra Pierre Lafitte, de New Orleans, y una tercera Minnie Burr, de Memphis, quien se hizo famosa transportando suministros bajo la falda durante la Guerra Civil de EE.UU.
Las aves que cubrieron la ruta como documentalistas, las mejor entrenadas en tal vez cinco horas, y otras en dos semanas, ostentan los nombres de conocidas figuras del cine, como Roman Polanski y Mel Gibson.
Dara Metz, dueña de la galería y vendedora de las obras de Riley, dijo que la exhibición la cautivó porque es conceptual, política y graciosa.
La galerista no consideró necesaria la intervención de sus abogados para la exhibición porque si la muestra llega a ser rayana con la ilegalidad, dijo, “no creo que él (Riley) vaya a poner a nadie en peligro aparte de sí mismo”.
A continuación reproducimos el video publicado en The New York Times:
La exposición, reseñada por el diario The New York Times, lleva por título “Comerciando con el enemigo” y tiene como protagonistas a las palomas, una mitad de las cuales regresaron a EE.UU como contrabandistas, trayendo tabacos cubanos, y la otra como documentalistas tras ser dotadas con cámaras para filmar el viaje a través del Estrecho de la Florida.
El artista, Duke Riley, dijo que la idea de la exhibición, que además expondrá los videos, es poner de relieve la larga historia de piratería que existe en la frontera sur y de paso burlarse de los supercostosos y modernos drones (aviones no tripulados) contrastándolos con “cosas (las palomas mensajeras) que ya eran utilizadas en la antigua Sumeria”.
Riley, de 41 años, empezó a entrenar 50 palomas el año pasado en Florida, 23 de las cuales partieron en una primera misión este verano, dice el diario, y solamente 11 regresaron.
Según el Times, el hecho de que las aves hayan retornado trayendo habanos cuya importación está prohibida en EE.UU. tiene “desconcertado” al Departamento de Estado, y el artista dice que si se le pregunta cómo terminaron en su desván esas palomas la respuesta es: “realmente, no puedo decir cómo sucedió”.
La reseña del diario destaca que las palomas, un par de las cuales estará a la venta, cada una en $100 mil dólares, tienen puestos los nombres de notorios contrabandistas.
Una se llama Pablo Escobar, otra Pierre Lafitte, de New Orleans, y una tercera Minnie Burr, de Memphis, quien se hizo famosa transportando suministros bajo la falda durante la Guerra Civil de EE.UU.
Las aves que cubrieron la ruta como documentalistas, las mejor entrenadas en tal vez cinco horas, y otras en dos semanas, ostentan los nombres de conocidas figuras del cine, como Roman Polanski y Mel Gibson.
Dara Metz, dueña de la galería y vendedora de las obras de Riley, dijo que la exhibición la cautivó porque es conceptual, política y graciosa.
La galerista no consideró necesaria la intervención de sus abogados para la exhibición porque si la muestra llega a ser rayana con la ilegalidad, dijo, “no creo que él (Riley) vaya a poner a nadie en peligro aparte de sí mismo”.
A continuación reproducimos el video publicado en The New York Times: