Yasiel Puig sigue dando de qué hablar en EE.UU.

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Según el mánager de los Dodgers, la adquisición de Puig representó un punto de viraje para el equipo.

El pelotero cubano se ha ganado con su estilo de juego el mérito de haber dado un vuelco triunfal a los Dodgers pero también ha sido blanco de críticas de comentaristas deportivos.
Los Dodgers de los Ángeles pasaron en cuatro meses del último puesto en su división a las series de campeonato de la Liga Nacional luego de triunfo el lunes 4-3 frente a los Bravos de Atlanta y al cubano Yasiel Puig se le atribuye haber sido la chispa de ese salto, dice un reportaje publicado en la página digital de la red pública de radio (NPR) en EE.UU.

El reportaje hace alusión no sólo a los beneficios aportados por el pelotero cubano a los Dodgers sino también a la cantidad de comentarios que se escuchan en la radio sobre su conducta temeraria como jardinero. “Pero el estilo agresivo de juego de Puig—dice—no ha perjudicado al equipo en los playoffs”.

La publicación señala que fue un compatriota suyo, Mike Brito, quien desde hace 35 años es scout de los Dodgers, el que primero vio al novato como un “fenómeno” hace más de tres años en un torneo en Canadá cuando el cubano jugaba para el equipo nacional de Cuba. “Era el número uno en mi lista—dijo—tenía una escopeta por brazo”.

Según Brito, cuando leyó en un periódico mexicano la noticia de que un pelotero cubano llamado Yasiel Puig había desertado pensó: tiene que ser el mismo, y fue a ver a su jefe en los Dodgers y le dijo: “Tenemos que ir a México por él. Nos va a costar mucho dinero, pero lo vale”.

En esa época, apunta NPR, el cubano tenía tres pares de calzoncillos y par de sandalias, “ahora vive de $42 millones de dólares de un contrato por siete años que firmó poco después de haber desertado. Y Puig figura en la lista de finalistas para el título de Novato del Año en la Liga Nacional”.

Según Don Mattingly, mánager de los Dodgers, “Yasiel fue una especie de punto de viraje; trajo una enormidad de energía a nuestro equipo, y pienso que mucha gente piensa lo mismo”.

En el capítulo de las críticas, NPR señala que al cubano se le acusa de no entender la “etiqueta” del béisbol estadounidense, con su exuberancia en los jardines, haciendo tiros a distancia cuando no debe y robando bases cuando no se le ha ordenado hacerlo.

NPR cita al profesor de historia Adrián Burgos junior, conocedor del béisbol en la isla, quien dijo que los peloteros “juegan para las multitudes en Cuba (…) quieren que griten. Pero esa conducta que funciona en Cuba se transforma en el fundamento de que sean reprendidos por la prensa estadounidense. Son demasiado ruidosos, demasiado festivos”.

Burgos señaló que también el gran Roberto Clemente, negro puertorriqueño que brilló en las Mayores, y por igual su compatriota Vic Power, a pesar de ser peloteros de gran mérito fueron criticados por comentaristas deportivos estadounidenses.

Con todo, concluye el reportaje, “es una maravilla que un joven de 22 años que no habla el idioma (inglés), no está familiarizado con la cultura (de EE.UU.), y que no puede regresar a su país natal, pueda permanecer enfocado lo suficiente como para jugar, y ni qué decir, mantener un rol protagónico en la alineación de un equipo estadounidense de Grandes Ligas”.