No por menos divulgado está ausente de las escuelas cubanas ese fenómeno terrible que es el acoso escolar o bullying, nombre más común por el que se conoce la agresión de una persona a otra para ejercer dominio sobre ella, indicaron activistas de la sociedad civil.
“Es un fenómeno que corroe a toda la sociedad y en Cuba es algo que no está visibilizado todo lo que debería estar. Como pasa con todo lo que ocurre en la Isla con todo tipo de violencia, que hay un encubrimiento de la misma y no se sabe cómo gestionarla, porque la educación está en manos del Estado y la sociedad civil poco puede hacer en ese sentido en un país tan totalitario”, recalcó en conversación con Radio Televisión Martí, Iliana Álvarez, directora del Observatorio Alas Tensas.
El bullying se presenta como una serie de amenazas, físicas o verbales, que se repiten, acongojando a la víctima y creando un desequilibrio de poder entre ella y su acosador.
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“Es una violencia sistemática. No es un encontronazo puntual entre un estudiante y otro, sino que es un proceso de acoso sistemático entre un grupo o un escolar contra otro”, precisó la investigadora de Alas Tensas, Yanelis Núñez.
“Siempre hay tres participantes: la víctima, el que agrede o hace bullying y los espectadores. Y es en ese ángulo donde está contenido el proceso de acoso escolar; los espectadores normalmente no actúan por temor a ser ellos, de igual forma, víctimas del bullying”, agregó.
Existen diferentes tipos de acoso: el físico, el verbal, el sexual, el social y el psicológico o mobbing.
Las fuentes del bullying pueden anidar en modelos educativos errados como son la ausencia de valores, de límites y de reglas de convivencia; en recibir castigos a través de la violencia y en aprender a resolver las dificultades con la violencia.
Los escasos estudios sobre bullying en Cuba refieren que las burlas relacionadas al peso, la ropa, el acné juvenil, así como el rechazo son las modalidades de violencia escolar más frecuentes, señalaron las activistas.
“Se expresa dentro de los centros escolares, y fuera de ellos. Hay una relación de poder que se establece entre ciertos estudiantes. Se manifiestan a través del acoso, del apodo, de los golpes en la calle o a través del robo de las pertenencias o la comida”, dijo Núñez.
Asimismo, los niños atormentados por acoso tienen una mayor predisposición al consumo de sustancias y aumenta la posibilidad de que sea un agresor o víctima de violencia en el futuro.
“En Cuba, hay pocos estudios sobre el bullying en las escuelas. Fue en los 90 y principios de los 2000 cuando aparecen las primeras exploraciones. Tenemos varias décadas de atraso e incluso de reconocimiento y de implementación de programas educativos de políticas públicas que lo erradiquen”, señaló Núñez.
Las pesquisas cubanas muestran inactividad en el profesorado frente al acoso escolar, y el desconocimiento y la baja percepción de las familias de que esto pueda ser un conflicto que enfrenten sus hijos e hijas.
“Las consecuencias de bullying es que afecta el desarrollo del estudiante, no sólo a nivel educativo sino, moral, a nivel de autoestima y le provoca un rechazo a la escuela. Le afecta a nivel físico y psicológico y también deja secuelas”.
“Las reacciones más frecuentes de los niños que sufren acoso suelen pasar por el empeoramiento de las calificaciones, el descenso de motivación para asistir a clase y el incremento de la tristeza”, precisó la especialista.
A mediados del año pasado se hizo viral un video donde dos adolescentes cubanas de la enseñanza secundaria básica son víctimas de un violento acto de acoso escolar, cuando sus compañeros les lanzan desde mochilas y libros hasta utensilios de limpieza, e incluso, sillas.
“En los barrios rurales y marginales influye la crianza a lo patriarcado y ese derecho que se arroga el sexo masculino a opinar en público sobre sus compañeras, casi siempre con comentarios que las denigran o avergüenzan”, lamentó Núñez.
El Observatorio Alas Tensas se unió a una campaña que desarrollan activistas dentro de la Isla contra todo tipo de violencia, incluyendo el acoso escolar, para traer a la palestra pública la necesidad de instrumentar medidas y promover iniciativas dirigidas a la prevención y sensibilización.