El negocio de los eventos sociales crece en manos de nuevos empresarios cubanos

Fotografía del 13 de febrero de 2017, durante los preparativos para una boda, organizada por la compañía privada "Aires de fiesta", en La Habana (Cuba). Organizar un boda "vintage" en la exótica Habana Vieja o ajustar la complicada logística de una cerem

Aprovechando la escuálida oferta estatal, los cuentapropistas sacan partido a los servicios para novios y quinceañeras.

Organizar un boda "vintage" en la exótica Habana Vieja o ajustar la complicada logística de una ceremonia en la playa ya no es problema en Cuba: una variada oferta privada de organizadores de eventos se encarga de hacer realidad casi cualquier deseo, algo impensable hasta hace solo unos años.

En Cuba, las bodas no se suelen planificar con años de antelación y muchos prefieren convivir "sin firmar" para evitarse los gastos de las celebraciones en un país sobre el que se cierne casi de manera constante el fantasma de la crisis económica.

Sin embargo, esa mentalidad "ha comenzado a cambiar", cuenta a Efe Zaylhi Linares.

Linares regenta "D'Evento", una empresa familiar en la que también participa su hija Desireé y que brinda más de una docena de servicios para novios y quinceañeras, algo muy atractivo frente a la escuálida oferta estatal, más barata pero de menor calidad.

Bodas en Cuba organizadas por el sector privado


"Tenemos mucha competencia, antiguamente eran cuatro o cinco grupos en este mercado. Ahora son más y eso es bueno, porque nos invita a desarrollarnos más, a crecer", señala esta comunicadora de profesión que eligió el camino de la coordinación de eventos de manera fortuita.

Cuando le tocó festejar los "quince" de su hija, Linares notó que todos los servicios se ofrecían de manera dispersa y se dio cuenta del filón que ofrecía esta área, casi desconocida en Cuba, situación que ha cambiado "tremendamente" tras la aprobación en el país de varias licencias de trabajo "por cuenta propia" en 2012.

"La evolución de estos servicios que brindamos coincide con la apertura del país y la posibilidad que se le da a las personas de emprender, de dar rienda suelta a sus ideas", afirma esta empresaria, que insiste en que "no hay nada banal" en lo que hace.

Tras las reformas impulsadas por el Gobierno cubano, Mónica dejó su trabajo como cajera en una tienda y bajo el nombre de "Miss Mónica Eventos" comenzó a hacer el trabajo "para el que nació" y que "se le daba muy bien".

"Siento que cada vez que trabajo con unos novios, soy yo la que me vuelvo a casar. Trato de establecer una relación especial con ellos y si lo desean nos ocupamos de todo, desde la ceremonia, la fiesta y la luna de miel", asegura mientras no deja de dirigir el montaje del salón donde horas después se ofrecerá un banquete.

Para Mónica el secreto está en trabajar en conjunto y tratar de hacer "magia" para encontrar "lo que hay y lo que no hay" en un país desabastecido y al que hay que importar hasta las cintas para decorar.

"Me casé hace 10 años y no había nada de esto. Puse a correr a toda mi familia y no tuve un momento de descanso", confiesa Iris, una madre que ahora contrató a una coordinadora para la fiesta de quince de su hija Damaris, que aunque dice "respetar a quien lo considera un lujo", según ella fue "el dinero mejor invertido".

Daniela, una novia que caminará al altar el próximo mes, advierte por su parte que visitó casi todas las empresas de este tipo para conocer precios y se dio cuenta de que "hay para todos los bolsillos y algunos hasta se ajustan al presupuesto de cada cual".

Izuky, uno de los fotógrafos más conocidos del sector, explica que por desgracia en Cuba "las bodas aún se ven como un trámite, en lugar de un proceso o un proyecto que toma años", una diferencia que se nota en los clientes extranjeros que comienzan a llegar en busca de un escenario exótico para sus eventos.

"Cuba no es el primer destino fotográfico. Nuestra meta es lograr proyectar esa imagen de paraíso detenido en los años 1950, que realmente es lo que más vende, más que el sol y la playa", asegura, mientras afirma que la "exquisitez" que buscan quienes llegan de fuera, hace que la producción fotográfica en la isla evolucione.

Entre los nombres que más resuenan en este campo está el de "Aire de Fiesta", una pequeña empresa privada que el año pasado estrenó oficina y consolidó su bien ganada fama decorando el sonado cumpleaños de Madonna en La Guarida habanera o antes, en la boda afrocubana del cantante Usher en septiembre de 2015.

"La misma clientela es la que nos va obligando a crecer. Éramos una empresa familiar, ahora tenemos además arquitectos, floristas, diseñadores, un equipo muy unido", cuenta Ailed de Guevara, la creadora y principal impulsora de "Aire de Fiesta".

Para esta joven emprendedora el mercado de las bodas en Cuba ha crecido "porque el país esta preparado, y han surgido estas licencias para trabajarlos. Todo ha llegado de la mano, era el momento adecuado".