La Nación, el más importante medio impreso de Costa Rica, ha publicado una nota de la redacción indicando que el embajador cubano en este país ha mentido a sus lectores en una columna divulgada en ese mismo diario.
La respuesta del periódico contiene numerosas críticas al diario Granma, medio de prensa del Partido Comunista de Cuba, al que califican de "periódico oficial de la dictadura cubana", donde mienten de forma cotidiana y publican únicamente lo que instruye el régimen.
Por tal razón, consideran que tras publicar el texto del diplomático cubano Jorge Rodríguez Hernández, titulado ‘La Nación’ mientedonde calumniaba al Movimiento San Isidro y a los artistas cubanos era necesaria una aclaración muy simple: "Miente el embajador de Cuba".
El embajador además de repetir el discurso oficialista que asegura que el Movimiento San Isidro es una farsa; que no son artistas, que no tienen obra alguna, que no trabajan y que viven del dinero dispuesto por el gobierno de EE. UU. para la subversión en Cuba, criticó al periódico por darle cobertura al colectivo de activistas y a la protesta de artistas y dio instrucciones de lo que el diario tico debería publicar.
Poco después llegó la respuesta del periódico:
"Ni ‘La Nación’ miente ni falta a la verdad la prensa independiente de todo el mundo cuando formula las mismas denuncias sobre la represión de los artistas cubanos. La Nación no es Granma, periódico oficial de la dictadura cubana. No mentimos, como lo hace Granma de forma cotidiana, ni puede el embajador decirnos sobre qué informar, como lo hacen las autoridades cubanas con su prensa sumisa. El Gobierno de Costa Rica no nos gira instrucciones, menos las vamos a aceptar de un diplomático extranjero.
No obstante, a diferencia de Granma, La Nación da cabida a diversos puntos de vista. Por eso publicamos la nota del embajador pese a su mendacidad, tono y falta de requisitos para ser considerada derecho de respuesta, según la ley vigente.
Ni La Nación miente ni falta a la verdad la prensa independiente de todo el mundo cuando formula las mismas denuncias sobre la represión de los artistas cubanos, junto a Amnistía Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otros organismos de prestigio.
No vale la pena extenderse sobre el texto del embajador. Basta una muestra para aquilatar sus afirmaciones: «Denis Solís no es rapero, ni artista según ha dicho la misma Agencia Cubana de Rap que agrupa a los intérpretes de ese género musical». La Agencia Cubana de Rap, subordinada al Instituto Cubano de la Música, dependiente del Ministerio de Cultura del régimen, decide quién es artista de ese género y punto. ¿Podría haber mejor prueba del minucioso control del régimen cubano sobre todo tipo de expresión que la existencia misma de una agencia del rap? Sería cómico si no fuera tan trágico.
Si el embajador estimara conveniente publicar esta nota de redacción en la prensa cubana para poner a sus conciudadanos al tanto de lo que se dice en el extranjero, desde ahora autorizamos la reproducción".