El ejercicio libre de la arquitectura en Cuba: "un sueño truncado"

Los arquitectos cubanos no solo encaran la falta de recursos, también múltiples restricciones a su trabajo.

Los arquitectos en Cuba no solo encaran la falta de recursos, también múltiples restricciones a su trabajo y la imposibilidad de ejercerlo de forma independiente. Este jueves, cuando se celebra el Día del Arquitecto cubano, Martí Noticias conversó con varios profesionales de la rama.

Arquitectos cubanos miran "con dolor" cómo el Estado prioriza la construcción de hoteles de lujo sobre la restauración del patrimonio de la isla.

"Duele que la arquitectura colonial y republicana se esté perdiendo, entre el éxodo masivo de fuerza joven, la carencia de materiales, las trabas burocráticas y las intervenciones que hacen las personas por su cuenta", dice José Carlos Poleo, arquitecto del Arzobispado de Camagüey.

"Es un régimen que se empeña en seguir construyendo y derrochando dinero en hoteles", señala.

Los arquitectos de la isla no solo encaran la falta de recursos, también múltiples restricciones a su trabajo y la imposibilidad de ejercerlo de forma independiente. Este jueves, cuando se celebra el Día del Arquitecto cubano, Martí Noticias conversó con varios profesionales de la rama.

Los arquitectos cubanos no pueden ejercer con libertad

Edelberto (Bertín) Díaz, con más de 20 años de experiencia, considera que este es "un período gris" para su profesión.

En 2021 el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social dio a conocer 124 actividades que aún quedarían prohibidas para ejercer por cuentapropia, entre ellas la arquitectura y la ingeniería. En respuesta, arquitectos de la isla difundieron en las redes sociales el interés de los integrantes de ese gremio de que el gobierno los autorizara a trabajar como privados.

Algunos argumentaron que las aspiraciones del país de construir viviendas, la restauración de casas que lo requieran y la construcción y diseño de ciudades, no pueden llevarse a cabo sin el auxilio de arquitectos independientes, que velen por la correcta ejecución de su proyecto.

"Es un sueño truncado", dice Díaz, que considera que urge "que acaben de darle al arquitecto la posibilidad del ejercicio independiente".

Un legado arquitectónico en riesgo

Las actividades arquitectónicas en Cuba, además de centralizadas y controladas por el gobierno, no priorizan el rescate del patrimonio construido.

Una muestra de ello es la reciente inauguración de un lujoso hotel en el barrio de El Vedado, en La Habana, que generó polémica entre los cubanos. Ciudadanos y expertos cuestionaron el hecho de que el Estado destinara recursos para el turismo, a pesar de la agobiante crisis que vive el país y, en particular, el sector turístico.

"Lejos de estar inaugurando obras nuevas cuando el país se está cayendo a pedazos, deberían de rescatar una obra que estuvo muy bien concebida, al punto de que a pesar de toda la falta de mantenimiento está ahí, diciendo su existencia, y no se hace nada por mantenerla", señala Díaz.

Cuba tiene nueve sitios declarados Patrimonio de la Humanidad, es el país del Caribe insular que posee más bienes reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La lista incluye la Ciudad vieja de La Habana y su sistema de Fortificaciones, Trinidad y Valle de los Ingenios, el Castillo de San Pedro de la Roca en Santiago de Cuba, el Centro Histórico de Camagüey, entre otros.

El arquitecto se pregunta, a partir de las recientes inversiones del Estado, qué es lo que va a ofrecer Cuba al turista. "Entiendo que no sea una habitación lujosa cuando él tiene que salir a la calle y encontrarse con una situación que cada vez es de mayor calamidad", dice.

En todo caso, señala que sería más comprensible que hicieran actualizaciones de los hoteles que ya existen. "No tiene sentido descuidar algo que ya tienes hecho y ponerte a fabricar algo nuevo que definitivamente no se sustenta", explica, "es un fenómeno muy oscuro".

José Enrique Delmonte, arquitecto y conservador del patrimonio en República Dominicana, recuerda cómo en los siglos XIX y XX, Cuba "reflejó unos niveles de arquitectura extraordinarios, edificios emblemáticos que contrastaban con las otras Antillas por el grado de complejidad de sus edificaciones, y sirvió siempre de modelo en otras latitudes".

Pero aquella Cuba dista mucho de la que es hoy hogar de una población disminuida y empobrecida, y una estructura política, social y económica en crisis. Tras la llegada de Fidel Castro al poder en 1959, la historia de la arquitectura de la isla también cambió. Expertos coinciden en que lo siguiente ha sido un franco deterioro, bajo directrices que obedecen a motivos políticos.