Importantes puntos de la capital cubana permanecen vigilados por efectivos de tropas élites del Ministerio del Interior y las Furzas Armadas, según testimonios llegados a Radio Martí, como el del periodista independiente Vladimir Turró, quien reside en el municipio de Arroyo Naranjo.
En ese municipio, "en la zona de La Palma, una zona muy céntrica, se pueden observar oficiales de los boinas negras, dos por cada esquina e, incluso, pidiendo documentación a las personas, deteniendo autos, motos (...)", dijo Turró.
La situación, aseguró, se repite en "casi todos los municipios de la capital".
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Tras los sucesos en San Isidro, donde un grupo de activistas se declararon en huelga de hambre reclamando la liberación del rapero contestatario Denis Solís, entre otras demandas, comenzó el despliegue de los efectivos de boinas negras y boinas rojas de las FAR en La Habana, asegura Turró.
"A raíz de las publicaciones que ellos empezaron a hacer en la televisión cubana, el descrédito a los participantes en la huelga, a partir de ahí salieron las tropas especiales a la calle", señaló.
Lee también Acusan de terrorismo y desacato a joven que protestó con un cartelSegún el comunicador, los agentes "andan también con perros", algo que pudo constatar este lunes en la zona del mercado de Cuatro Caminos.
Por otra parte, el régimen ha acudido a ciudadanos comunes para reportar cualquier manifestación de descontento, asegura la activista Ariana Mena, residente en Centro Habana.
"Supe de personas que incluso están justificados a salir del trabajo porque tienen que estar vigilando constantemente, y al primer movimiento tienen que dar un parte, señaló Mena.
El activista José Tomás Fernández dijo que la presencia de los militares es notable, "con carros nuevos y armamento".
En su opinión, las autoridades "están asustadas", porque ya todo el mundo "se queja de algo, y no estamos hablando de opositores, cualquiera está convocando a la población a una protesta".
"El gobierno está acustado", concluyó.