La Selección Cubana de fútbol perdió en la noche de este lunes el último partido del grupo B de la Liga A de la Liga de Naciones de la Concacaf frente a Trinidad y Tobago, provocando el descenso de los cubanos a la segunda categoría (liga B) de esta importante competición. Los trinitarios ganaron por un cómodo marcador 3-1 con Yasniel Matos como único goleador por parte de los dirigidos por Yunielys Castillo.
Cuba venía invicta en sus primero 3 compromisos, pero no había podido sumar de tres en ninguno de ellos, lo que le sostenía en una peligrosa y delgada línea entre la permanencia y el descalabro, sucediendo precisamente lo segundo con esta dura derrota. Esto significa que luego de dos temporadas en el máximo nivel de la Liga de Naciones de Concacaf, la Selección Cubana tendrá que jugar en la segunda división, o como se llama oficialmente, la Liga B de este torneo.
Pero el verdadero problema no está en el descenso ni en los resultados, hay que ir más allá de eso para encontrar las causas del enorme retroceso que ha sufrido nuestro fútbol luego de un breve pero ilusionante proceso que trajo por primera vez a jugadores profesionales a la Selección Nacional.
Lee también Cuba y Nicaragua firmaron las tablas en la segunda jornada de la Liga de Naciones de CONCACAFSiempre he sido defensor de que Cuba necesita un entrenador extranjero con experiencia profesional. Cuando los mandamases del balompié cubano decidieron despedir a Pablo Elier Sánchez debieron hacerlo si, y solo si, iban a contratar el mencionado entrenador extranjero, sin embargo le dieron las riendas a un casi desconocido Yunielys Castillo que llegó a desmontar injustificadamente todo lo que hasta ese momento se había avanzado en materia de juego y convocatorias.
El señor Castillo, desde que se convirtió en seleccionador nacional, decidió dejar de llamar a futbolistas muy importantes dentro del equipo cubano y en contraposición, empezó a incluir jugadores sin experiencia que la mayoría de la afición y especialistas no entendían su presencia en los listados oficiales.
Además, aunque el nivel defensivo mejoró, la capacidad ofensiva y la fluidez del juego empeoraron notablemente al punto de que desde que Yunielys Castillo es el director técnico, la Selección Cubana ha ganado solo un partido de los 10 que ha disputado oficialmente, marcando solo 6 goles en ese trayecto.
Es difícil comprender porqué pusieron a Castillo al frente del equipo y también porqué aún no anuncian su despido luego de la decepcionante actuación en la Liga de Naciones 2024-2025.
El descenso de Cuba a la Liga B significa que su nivel competitivo como equipo también bajará debido a que enfrentará a rivales mucho menos importantes y eso puede atentar contra el objetivo de seguir avanzando a nivel regional y conseguir mejores resultados de manera general.
Lo que sucede es que, tristemente, la solución ni siquiera está en quitar a Castillo y poner al siguiente entrenador de turno, la verdadera y definitiva solución del fútbol cubano es “limpiar” la Federación Cubana (AFC) de todos esos decisores que buscan el beneficio propio y no el de la Selección Nacional, contratar un técnico foráneo que aporte nuevas ideas y hacer una convocatoria masiva y sin restricciones de nuestros mejores futbolistas en todo el mundo.
Por lo pronto, no queda otra que esperar los siguientes pasos de la AFC, pero desde ya les avanzo que no será nada de lo que en el párrafo anterior he planteado. Es triste pero es la realidad, el fútbol cubano se hunde.