Si Ud. le pregunta a un persona cualquiera en Estados Unidos si sabe quiénes son LeBrond James o Tom Brady encontrará que alrededor del 75% de ellas dirán que sí saben quiénes son esos dos personajes. Esas personas contestarán afirmativamente aunque posiblemente la inmensa mayoría de ellas no hayan jugado nunca baloncesto o footbal , no vean partidos de esos dos deportes, no entiendan el juego y no sepan siquiera lo que quieren decir las siglas NBA o NFL.
El football es un deporte de EE UU y la popularidad de Tom Brady se circunscribe a esos niveles solamente en este país.
En el caso de James es casi universal, y le diría que no solo se reconoce el nombre, sino también su imagen y posiblemente, si Ud. está en un restaurante en Berlín, Lagos o Shanghái y entra LeBrond, muchos de los comensales y empleados lo reconocerán.
Hace unos días Mike Trout, de los Angelinos de Los Ángeles, firmó el contrato que, en una combinación de tiempo y dinero, es el más grande de la historia del deporte. Un total de $ 426.5 millones por 12 años, garantizado y sin opciones de rescisión.
De acuerdo a la opinión general, Trout es el mejor jugador del momento, con desempeño al más alto nivel en el llamado pasatiempo nacional, sin embargo, si Ud. le pregunta a las mismas personas que reconocen a James y a Brady, encontrará que menos del 25% reconoce su nombre. Y si Ud. está comiendo en un restaurante donde llega Mike Trout posiblemente lo reconozca, porque si está leyendo esto es que le interesa el deporte, y modestia aparte, quiere estar bien informado. Pero, no se asombre si nadie más hace una pausa en la ingestión de su beefsteak para reconocer la presencia del jardinero central de los Angelinos.
Ahora, no piensen que esos porcentajes de reconocimiento a que me refiero son estimados sacados del aire. No, son producto de estadísticas de la compañía Q Scores Company, una empresa de mercadeo que ha desarrollado una métrica que ellos llaman Índice de Familiaridad.
De acuerdo con esa métrica, el índice de familiaridad de Mike Trout es de 22, lo cual se traduce en que solamente el 22% de las personas en este país saben quién es Mike Trout.Para comparar a Trout con nuestros dos ejemplos de baloncesto y football, les diré que por la misma métrica el índice de familiaridad de LeBron James es 74 y el de Tom Brady, 79.
En el caso de Trout, su carácter y filosofía de vida contribuyen a que no sea tan popular. No es precisamente carismático y prefiere mantener su vida en privado a estar promocionándose. Eso le ha traído críticas de la organización de Grandes Ligas que quiere promocionar el béisbol y que desea que Trout, ahora después de su contrato record, sea la cara del deporte. El comisionado de Grandes Ligas Robert Manfred dijo de Trout que él pudiera hacer la marca de béisbol aún más grande, pero que para eso tenía que poner más esfuerzo en el empeño.
Los comentarios de Manfred no cayeron bien a Trout, ni tampoco a su equipo, quienes lo dejaron saber.
El jugador más popular del béisbol, si se mide por el índice de popularidad, es -diría que sorprendentemente-Miguel Cabrera, que tiene 27 de índice, alrededor de la tercera parte de la calificación de James y Brady.
Según el vicepresidente ejecutivo de Q Scores Company, Henry Schafer, los jugadores de béisbol en general tienen índices de familiaridad más bajos que los de baloncesto y football. Esto, a largo plazo, puede afectar al béisbol más que las exageradas preocupaciones de que los juegos son muy largos.