El párroco Fray Lester Rafael Zayas Díaz de la iglesia Sagrado Corazón, en la mirilla de la policía política

Lester Zayas Díaz, director de “Sapere Aude” y rector del centro de estudios de los dominicos cubanos de La Habana.

El sacerdote católico, Fray Lester Rafael Zayas Díaz, parece ser una persona de interés para la Seguridad del Estado cubana de acuerdo a una denuncia del seminarista Amed Acosta Hernández, detenido e interrogado el pasado sábado por agentes del órgano represor.

“Iba en camino a la parroquia del Sagrado Corazón en la calle Línea del Vedado para asistir a la pastoral, una misa y a un encuentro con adolescentes. Allí es párroco Rafael Zayas Díaz, uno de los sacerdotes dominicos más fuertes que hay ahora mismo en Cuba en el tema de la libertad”, refirió Acosta Hernández en conversación con Radio Televisión Martí.

“Tres personas me abordan y me proponen hacerme unas preguntas. Se identifican como policías, aunque no dieron sus nombres. Accedí porque sabía que si me negaba quizás me llevarían a una unidad policial. Me montan en una patrulla y comenzaron a hacerme preguntas, la mayoría, sobre el sacerdote Rafael”.

Fray Lester Rafael Zayas Díaz es firmante de la carta intitulada “He visto la aflicción de mi pueblo”, publicada en enero de 2021, en la que un grupo de sacerdotes, laicos y feligreses alientan a romper “las cadenas” frente a la crisis política, económica y social que vive el país, y aseguran que “es momento, como pueblo, de volver a Dios”.

“Me cuestionan ¿Qué relación yo tenía con él? ¿Qué decía él en la parroquia?, ¿Cómo se desplaza? ¿Si encontraba a personas extrañas? ¿Qué argumentaba en las homilías? ¿Estás de acuerdo con lo que dice?”, añadió el pre novicio de la Orden de los Dominicos.

“Yo empiezo a mantener un discurso lineal: En las homilías él habla de Jesucristo. Insistieron, ¿pero él habla de política en esos momentos? Yo respondí, díganme ustedes qué es lo que él habla de política. Yo estoy de acuerdo con sus homilías porque yo soy cristiano y él está iluminando la Palabra de Dios”, expresó.

“Ellos ya llegan en un momento que ven que no van a sacarme nada y salen del carro. Estuvieron alrededor de 45 minutos afuera conferenciando y llamando por teléfono. Y yo me empiezo a incomodar y pregunto; ¿estoy detenido? ¿Pasa algo? Entonces ellos me piden que les muestre mis documentos de identificación y luego me dejan libre”, relató el seminarista.

Acosta Hernández acotó que el acto de hostigamiento de que fue objeto no fue más que “otro intento de la dictadura de reprimir a la Iglesia”, especialmente a autoridades religiosas que exponen la terrible realidad de Cuba.

Asimismo, denunció que la vigilancia en las cercanías del Convento de Letrán de La Habana ya se ha hecho cotidiana.