El régimen cubano acusa a los coleros, acaparadores y revendedores

Cubanos hacen colas fuera de las tiendas para comprar pan en San José de las Lajas (Yamil Lage / AFP).

El régimen ha desatado una contienda contra los llamados coleros, acaparadores y revendedores a los que califica como estafadores y ladrones y culpa, junto al embargo, del desabastecimiento actual.

“Existen los coleros porque hay un desabastecimiento producido por un sistema centralizado de distribución que es incapaz de proveer a la población. Están atacando el efecto pero no la causa”, dijo a Radio Televisión Martí, el activista Jorge Amado Robert Vera, residente en Santiago de Cuba.

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Yolanda Huerga reporta sobre los coleros en Cuba

“El Estado hace la misma función que los revendedores. Compra un producto en el exterior y luego lo vende a la población cubana a un precio muchas veces más alto del que lo adquirió, y lo vende, incluso, en una moneda con la cual no le paga a sus ciudadanos”.

Con el respaldo de la prensa oficial, la Policía Nacional Revolucionaria, PNR, lanza operativos para identificar a coleros que pueden ser sancionados hasta a 2 años de cárcel si persisten en su actividad. Condenas mayores reciben los acaparadores y revendedores.

“El revendedor le está facilitando a otra persona el producto que le hace falta. Y así él también se busca su dinero. Es su trabajo, pero, como tantos otros, ilegal. Generalmente estas son personas que no reciben remesas. No están haciéndole daño a nadie, daño está haciendo el Gobierno porque hay lugares en los que no suministra productos alimenticios o lo hace en muy poca cantidad”, indicó el habanero Jovian Díaz, que tiene un perfil en Facebook llamado “Cuba x dentro”.

“La existencia de este personaje ayuda a gente que, por una razón o por otra, no puede pasarse horas haciendo una cola, a que pueda adquirir los bienes que necesita, pagando un turno a un colero porque a los mercados nunca llega la mercancía suficiente para todos”, añadió Díaz.

El joven destacó que el colero vive de su esfuerzo. “Se levanta de la cama a las 2 o las 3 de la mañana para ir a la tienda a marcar varias veces y allí ‘echa’ más de 8 horas cuidando los puestos que ha logrado en la fila. Es una forma de buscarse la vida, un trabajo también”, acotó.

Un sitio entre los primeros de las colas para comprar alimentos o productos de aseo cuesta, según la región, entre uno y diez CUC. En las tiendas para la venta de electrodomésticos el precio de un turno oscila entre 50 y 150 CUC.

En la provincia de Sancti Spíritus el periódico Vanguardia informó que las autoridades han identificados a 89 coleros; 30 de ellos fueron multados con la suma de entre 1,000 a 3,000 pesos, mientras que otros 4 resultaron procesados penalmente y se les impusieron sanciones de privación de la libertad y trabajo correccional.

Desde el inicio de la pandemia, en Cuba se ha penalizado a 1,285 coleros hasta el momento.