Los presos políticos Aleandry Lechuga Junco, Víctor Alejandro Painceira Rodríguez y Denis Hernández Ramírez, todos juzgados por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021, fueron excarcelados este fin de semana. Los tres cumplían su sentencia en la cárcel de Guanajay, provincia de Artemisa.
En declaraciones a Martí Noticias, lamentaron la imposibilidad de reunirse para celebrar su limitada libertad después que el régimen cubano aplicara una medida que restringe el movimiento a todos los que regresaron a sus hogares.
“Nosotros vamos a hacer lo posible por seguir viéndonos y seguirnos comunicando aunque eso puede generar conflictos por las restricciones que nos pusieron, pero, ahora mismo, nosotros tenemos ganas de vernos. Yo quisiera hacer una cosa grande con todas las amistades que hicimos”, indicó Aleandry Lechuga Junco desde su casa de Bauta, en la provincia de Artemisa.
“Contento porque estoy con la familia pero a medias porque esto es una libertad a medias. No se ha hecho el acuerdo como tiene que ser. Mañana o pasado, nos recogen y nos echan para dentro de nuevo”, agregó.
La libertad condicional, que implica un período de prueba por un término igual al resto de la sanción que al liberado le quede por extinguir acarrea, además, la sujeción a la vigilancia por los órganos de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) y las organizaciones sociales y de masas y será supervisada por el juez de ejecución. También obliga al sancionado a mantener un vínculo laboral o estudiantil.
Las autoridades penitenciarias recomendaron a los manifestantes del 11J beneficiados por la libertad anticipada, no salir de su municipio, no estar en aglomeraciones de personas, no opinar en las redes sociales, ni hacer comentarios en contra del gobierno cubano.
Lechuga Junco, de 34 años, fue procesado y condenado a siete años de privación de libertad por desorden público, desacato y atentado. Su familia realizó varias gestiones con los organismos judiciales para protestar por su reclusión, pero todas fueron inútiles.
“Por pensar diferente y por ejercer un derecho, uno no debe estar preso porque lo que hicimos fue manifestarnos pacíficamente”, destacó el prisionero del 11J que llevó a cabo una huelga de hambre exigiendo la revisión de su caso.
Su amigo y compañero de causa Víctor Alejandro Painceira Rodríguez también se quejó de no poder reunirse entre ellos, un grupo de más de diez manifestantes del 11 de julio que protagonizaron varias protestas en la prisión de Guanajay y habían forjado lazos de amistad.
“Son mis hermanos y no veo el momento de darles un abrazo. Hace siete meses que estamos separados desde el día 2 de julio”, subrayó Painceira Rodríguez.
A principios de julio de 2024, Painceira Rodríguez, fue trasladado desde la prisión de Guanajay a la cárcel Kilo 5 y ½ de Pinar del Río a unos 115 kilómetros de donde reside su familia.
La transferencia de prisión se llevó a cabo cuando Painceira anunció su propósito de hacer una huelga de hambre en demanda de su libertad.
“Yo no debería ni haber estado preso. Por supuesto que yo hubiera deseado que la excarcelación que me dieron no fuera esto, sencillamente fuera una amnistía, porque yo soy un preso político que no he cometido delito ningún delito”, precisó el joven de 29 años, excarcelado en horas tempranas del domingo.
Panceira es parte de los poco más de 100 presos políticos a los que el régimen concedió la libertad anticipada luego que la administración de Joe Biden anunciara la retirada de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
“Es injusto que la libertad de nosotros cueste eso. Nosotros deberíamos haber sido libres de todas, todas. Veo sucio que hayamos sido utilizados como moneda de cambio porque nosotros somos seres humanos con nuestros derechos”, apuntó el prisionero político desde su vivienda en la capital artemiseña.
“Si la libertad de nosotros es un negocio, es una cosa sucia lo hacen personas sucias, algo que tenían que habérnoslo dado, nos lo negaron hasta el momento en que les dieran algo a cambio. La libertad de una persona no es algo para jugar. Es contradictorio que hayan jugado con la libertad de todos nosotros. Yo soy un ciudadano que conozco mi derecho, voy a ejercer ese derecho y espero que no me cueste de nuevo”, recalcó.
Denis Hernández Ramírez, como sus amigos, estuvo tres años y seis meses en régimen severo luego de que se sumara a las protestas del 11 de julio de 2021 en San Antonio de los Baños.
“No sé si se van a liberar a todos, no sé cómo ellos [el régimen] van a hacer el embuste que hicieron, porque eso fue una falsedad, un engaño político”, remarcó Hernández, quien salió de la cárcel el sábado.
“Estoy seguro que apenas eso suceda", señaló en referencia a la potencial reversión de Cuba a la Lista de países patrocinadores del terrorismo, "así tengas el mejor comportamiento, al que ellos [el régimen] quieran meter para dentro lo van a meter”.
Hernández Ramírez también hizo referencia a los malos momentos, casi todos, que pasó en Guanajay: “Ahí todo es abuso de poder, si te quejas por la comida, por la mala elaboración, vas para celda de castigo”.
No obstante, asegura que el presidio político lo fortaleció su forma de pensar: “tengo una convicción muy grande en lo que siento, pero me hace falta prepararme. Yo no tengo miedo, sé que esta gente me va a perseguir y siento que lo están haciendo desde el primer día”, precisó.