Casi a punto de cumplir su condena completa, el Tribunal Provincial de La Habana otorgó el pasado viernes la libertad condicional al preso político Jorge Ernesto Pérez García, que fue enjuiciado como uno de los miembros de Clandestinos, un grupo que pintaba con pintura roja o sangre bustos del apóstol José Martí.
Su madre, Mercedes García, interpuso ante diferentes instancias recursos y denuncias sobre la prolongación de la concesión al preso político de los beneficios que establece la propia legislación cubana.
“Yo he batallado muchísimo para esta condicional, la que hace mucho tiempo le pertenecía y no se la habían dado. Ya a él le falta para cumplir su condena solamente 8 meses y, sin embargo, no le dan la libertad”.
“A mi hijo no le daban el cambio de medida porque alegaban que ‘todavía no estaba apto para incorporarse a la sociedad’. Esa siempre era la respuesta aunque la prisión donde él estaba, el Combinado del Este, daban buenas referencias porque él no había cometido ninguna infracción dentro de la cárcel”, agregó García.
Una nota informativa de las autoridades cubanas en enero de 2021, aseguró que las “acciones delictivas” de los miembros de Clandestinos, “fueron grabadas con el móvil” de Jorge Ernesto Pérez García, quien las remitió a sus amigos cubanos residentes en Estados Unidos que las publicaron en redes sociales.
Pérez García fue sentenciado en 2020 a cuatro años de privación de libertad por los delitos de "difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires de carácter continuado" y tráfico de drogas.
En la misma causa fueron procesados Panter Rodríguez Baró, sentenciado a 15 años, y Yoel Prieto Tamayo, a 9.
El Tribunal Provincial de La Habana “dio por probado que los acusados Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo, puestos de común acuerdo para desacreditar la imagen de José Martí, compraron seis piedras de la droga conocida comúnmente como cocaína con parte del dinero recibido por una ciudadana cubana residente en Estados Unidos, la que consumieron para la realización de los eventos delictivos”.
Jorge Ernesto se encontraba en régimen de mínima severidad en el correccional “La Logística” de La Habana cuando obtuvo la libertad condicional.
“Hace dos días fue a casa de un amigo y la policía lo paró, se lo querían llevar preso. Apenas puede salir a la calle, tiene seguimiento. Cuando sale, aunque sea a la esquina, hay una persona que lo está siguiendo. Es una persecución implacable y con esta situación que tiene el país en estos momentos, lo ponen bajo condicional para tenerlo en ascuas de que por cualquier cosa lo pueden revocar”, indicó la madre.