Encontrar un teléfono público que funcione en Cuba es un problema

Your browser doesn’t support HTML5

Los télefonos públicos, un servicio con muchos problemas en Cuba

Muchas comunidades en Cuba se mantienen totalmente incomunicadas porque no tienen ni celulares, ni acceso a Internet y porque los teléfonos públicos no funcionan o funcionan de puro milagro, según un reportaje de Martí Noticias.

Aunque la telefonía pública constituye para muchos la vía más inmediata de mantener la comunicación con familiares y amigos, dentro y fuera de Cuba, en ocasiones es necesario caminar largos tramos para encontrar un equipo funcionando, pues el poco cuidado por parte de las autoridades comunistas propicia su deterioro.

A pesar de que el general Raúl Castro, en una de sus tímidas reformas, permitiera a los cubanos el acceso a teléfonos celulares y a pesar de la ampliación del acceso a Internet en diversos puntos de la isla muchas comunidades, sobre todo en las serranías, se mantienen totalmente incomunicadas porque no tienen ni celulares, ni acceso a Internet y porque los teléfonos públicos no funcionan o funcionan de puro milagro, según un reportaje de Martí Noticias.

Los pobladores de empobrecidas comunidades del oriente del país aseguraron que están toralmente aislados del resto del país y del exterior, y lo peor, a merced de que ante accidentes o el acontecer de actos delictivos, cada vez más frecuentes en la isla, no tienen modo alguno de avisar a las autoridades, por lo que se sienten totalmente desprotegidos ante el azar.

Las imágenes de video muestran zonas poblacionales paupérrimas cuyos pobladores tienen que caminar hasta tres kilómetros atravesando zanjas anegadas y callejones pantanosos para poder tener acceso a un teléfono público, si es que finalmente funciona, según dijeron a los reporteros mujeres de estas comunidades.

Aparejada a la falta de servicios estatales para nuevos teléfonos o reparación de los existentes, los pobladores, sobre todo mujeres, aseguran que se da también el caso de vandalismo o actos de sabotaje contra las instalaciones existentes porque las personas están descontentas y frustradas por el régimen de vida miserable a que están sometidos por un sistema que no le interesa el bienestar de las personas.

El vandalismo contra la telefonía pública de Cuba constituye otro de los sinsabores con los que tiene que lidiar un ciudadano todos los días, además de que son escasos, la prensa oficialista denuncia el alto número de ellos fuera de servicio por obra de los mismos pobladores.
En Cuba hay un promedio de 1 teléfono público por cada 206 habitantes, sin tener en cuenta los que se encuentran averiados.

De los 2,4 millones de teléfonos en Cuba, sólo 53 mil 290 son públicos. Actualmente 1, 2 millones son fijos y la otra mitad, celulares, pero debido a la escasez de teléfonos de línea en los hogares y el alto precio de la comunicación celular- solo para dar un recado breve o comunicarse con sus familiares en el extranjero- los teléfonos públicos son esenciales para la mayoría de la población.

Pero la situación es crítica no sólo en las apartadas regiones orientales, sino en la capital donde encontrar un teléfono público que funcione es casi como sacarse la lotería. Hay que caminar bastante hasta encontrar uno que sirva.

En La Habana la mayor parte de los teléfonos públicos funcionan con tarjeta prepagadas, por tanto el cobro del servicio es por adelantado, aunque no se brinda. Así, es siempre un riesgo de perder el dinero pues la ineficiencia en el servicio suele ser la norma.

Un análisis preliminar en la localidad habanera de la Ceiba arroja que de 47 teléfonos, 24 están fuera de uso, o sea, el 51%.

No hay una explicación de por qué hay tantos equipos descompuestos, y ETECSA no los arregla. Todo parece indicar que la principal preocupación ahora de ETECSA es la telefonía celular, que no todos pueden poseer porque su servicio es en CUC.

Yuri Vargas, director provincial de la Empresa de Telecomunicaciones (ETECSA), trata salvar la responsabilidad estatal por la deficiencia en los servicio telefónicos y asegura que los sucesos más frecuentes en el mal funcionamiento tienen que ver con la sustracción de cables, tensores y manófonos, los golpes indiscriminados, los grafitis sobre los equipos que afectan su ornato y otras indisciplinas sociales.

El fenómeno denominado como vandalismo, según un artículo publicado por Trabajadores, contrasta con la opinión de la gente de pueblo y la prensa independiente que en los teléfonos rotos ve un “símbolo de protesta” y “descontento” ante la escasez de comunicación.

[Redactado por Armando de Armas]