El Gobierno estadounidense condenó este lunes la ejecución de cuatro activistas pro democracia en Birmania y consideró que es "un nuevo ejemplo" del desprecio del régimen militar a los derechos humanos.
"La farsa de juicios y estas ejecuciones son intentos flagrantes de acabar con la democracia. Estos actos nunca eliminarán la valentía de la población de Birmania", dijo en un comunicado el secretario de Estado, Antony Blinken.
Para el jefe de la diplomacia estadounidense, "estos actos de violencia reprobables son un nuevo ejemplo del total desprecio del régimen hacia los derechos humanos y el Estado de derecho".
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, insistió durante una rueda de prensa en que, en lo que respecta a sanciones contra la junta militar de Birmania, "todas las opciones están sobre la mesa".
"Cuando consideramos estas opciones, por supuesto nos fijamos en el impacto humanitario para el pueblo birmano, que ya ha sufrido demasiado durante demasiado tiempo, pero todas las opciones están sobre la mesa", explicó Price.
Estados Unidos abordará con los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) las "respuestas" que se podrán dar para promover el regreso de la democracia al país asiático.
El portavoz reconoció que "no es suficiente" condenar las ejecuciones y aseguró que la respuesta estadounidense no se limitará a esto y le dejará muy claro a sus aliados internacionales que las relaciones con la junta militar birmana no pueden seguir como hasta ahora.