Una declaración difundida por el Departamento de Estado explicó por qué EE.UU. se opuso a la resolución sobre ese país aprobada la víspera por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Estados Unidos puso de relieve que apoya una solución pacífica de la crisis política en Venezuela pero basada en un diálogo “auténticamente inclusivo”.
Una declaración difundida por el Departamento de Estado explicó por qué EE.UU. se opuso a la resolución sobre ese país aprobada la víspera por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Según la nota, EE.UU. no puede apoyar la resolución “porque no refleja adecuadamente el compromiso de la organización de promover la democracia y los derechos humanos en el hemisferio”.
Más aún, agrega, coloca a la OEA “en una posición de tomar partido, algo que no puede hacer”. La organización tiene la responsabilidad de “permanecer neutral”.
El Departamento de Estado señaló que específicamente el segundo párrafo sugiere que debe darse prioridad a mantener el orden y respetar la no interferencia antes que el compromiso de los estados miembros de “proteger los derechos humanos y la democracia”.
La declaración—precisa—contradice el Artículo 2 de la carta de la OEA y los principios consagrados por la Carta Democrática Interamericana.
En el párrafo 4 de la declaración, añade, donde se menciona el diálogo, no se hace referencia a un elemento clave para solucionar los problemas de Venezuela: que el diálogo sea “genuino e incluya a todos los partidos”.
En su lugar, dice, solo apoya a una de las partes, el llamado al diálogo hecho por el gobierno “que ha sido rechazado por importantes sectores de la oposición” venezolana.
EE.UU. cree en un diálogo genuino que incluya de la participación de una tercera parte en la que todos confíen. “También requiere que se ponga fin a los intentos por suprimir la libre expresión y se libere a los prisioneros políticos”, subraya.
Una declaración difundida por el Departamento de Estado explicó por qué EE.UU. se opuso a la resolución sobre ese país aprobada la víspera por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Según la nota, EE.UU. no puede apoyar la resolución “porque no refleja adecuadamente el compromiso de la organización de promover la democracia y los derechos humanos en el hemisferio”.
Más aún, agrega, coloca a la OEA “en una posición de tomar partido, algo que no puede hacer”. La organización tiene la responsabilidad de “permanecer neutral”.
El Departamento de Estado señaló que específicamente el segundo párrafo sugiere que debe darse prioridad a mantener el orden y respetar la no interferencia antes que el compromiso de los estados miembros de “proteger los derechos humanos y la democracia”.
La declaración—precisa—contradice el Artículo 2 de la carta de la OEA y los principios consagrados por la Carta Democrática Interamericana.
En el párrafo 4 de la declaración, añade, donde se menciona el diálogo, no se hace referencia a un elemento clave para solucionar los problemas de Venezuela: que el diálogo sea “genuino e incluya a todos los partidos”.
En su lugar, dice, solo apoya a una de las partes, el llamado al diálogo hecho por el gobierno “que ha sido rechazado por importantes sectores de la oposición” venezolana.
EE.UU. cree en un diálogo genuino que incluya de la participación de una tercera parte en la que todos confíen. “También requiere que se ponga fin a los intentos por suprimir la libre expresión y se libere a los prisioneros políticos”, subraya.
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