El ecuatoriano Antonio Oramas hace un esfuerzo, pero no le alcanza para evitar el llanto mientras posa para una fotografía frente a una camioneta del modelo D-Max, el último automóvil que soldará su equipo en la fábrica de General Motors en Quito, antes del cierre definitivo de su operación el viernes 6 de septiembre.
A sus 43 años, esta planta es para Oramas mucho más que un empleo al que le dedicó 20 años.
"Estoy con sentimientos encontrados porque se nos acaba el trabajo (...) "Significa mucho. La empresa es una gran escuela para todos los que hemos pasado por aquí. Estando en la empresa nacieron mis hijos, se han educado", dijo Oramas visiblemente triste.
"Así como yo me siento, igual están mis hijos porque yo les dije que ya se nos acaba el trabajo", afirmó este ecuatoriano que además de sus dos hijos, tiene a su cargo a su esposa y a su madre.
La planta, que ha operado desde el 2004 con unos 260 empleados, cierra en medio de la presión de los competidores locales, pero la marca seguirá vendiendo vehículos en el país andino.
Además de los empleados que como Oramas han estado ligados a la producción, con el cierre de la planta en Quito se ven impactados productores de componentes de estos vehículos y otros servicios que eran contratados mientras operó la planta, informó Juan Landázuri, director de manufactura y calidad en la planta de General Motors de Quito.
El fabricante de Cadillac y Chevrolet había dicho en abril pasado que cerraría sus operaciones de producción en Ecuador y en Colombia. La planta de General Motors en Quito representa el 51 % de la producción de automóviles en Ecuador.
Trabajadores como Oramas perciben con preocupación el escenario económico actual en Ecuador. "La situación en sí que vive el país es muy complicada. Hoy en día no hay trabajo, tanta gente emigra. Imagínese ahorita tantas plazas de trabajo que se pierden. La gente va a seguir emigrando", dijo.
El desempleo en el primer trimestre del año en Ecuador fue del 4,1 %, según cifras oficiales.
Los carros chinos pululan por calles ecuatorianas
El cierre de la planta de General Motors en Quito coincide con el alza en la circulación de los autos chinos por las calles ecuatorianas.
En la primera mitad de este 2024 se vendieron al menos 34.756 unidades, pese a una ligera desaceleración en el mercado automotor en este periodo, de acuerdo con cifras publicadas por la Asociación de Empresas Automotrices.
Landázuri dijo a reporteros que la fábrica mantendrá el modelo de comercialización y afirmó que se trata de un momento de "grandes transformaciones".
"Lo que varía es la parte industrial del modelo de negocios", dijo en alusión al cierre de la planta a fines de esta semana.
El directivo dijo además que la industria y el mercado automotriz han venido experimentando cambios importantes durante años con la presencia de competidores y de acuerdos comerciales vigentes.
"Esto ha hecho que sea altamente competitiva", dijo refiriéndose a que en los últimos tiempos el uso de la capacidad industrial de la planta ha estado al 15 % del total, por lo que los ejecutivos decidieron "traer al portafolio nuevas ofertas para los clientes".
En 2023 por ejemplo, se ensamblaron 9.985 unidades del modelo de camioneta D-Max para el mercado local y este año, hasta el cierre el viernes, se habrán puesto en marcha 8.200 de estos vehículos.
Landázuri dijo que la producción hasta ahora de unos 1.000 de estos vehículos por
mes será reemplazada por autos importados.
Competencia y presión
El funcionario de la industria automotriz aseguró que Ecuador no escapa a la competencia y a la presión "por encontrar eficiencia", como ocurre en países vecinos vinculados a este sector.
"El entorno ha hecho que la venta de autos nuevos estén en un nivel con un crecimiento limitado. Desde mitad del año pasado ha habido una contracción en las ventas totales de autos", remarcó el director de manufactura y calidad en la planta de General Motors de Quito, comparando con la primera mitad del 2023.
Landázuri no descartó que la firma de tratados comerciales, que se expresan por ejemplo en la venta de autos de países como China, habrían incidido en la actual situación.
"Vivimos en un país que tiene varios acuerdos comerciales, entre esos el que se ha firmado con China. El entorno competitivo global en general pone una presión sobre las diferentes industrias, especialmente en países con un nivel bajo de industria local", afirmó.
Programa de orientación para trabajadores
El director de manufactura y calidad en la planta de General Motors de Quito dijo que desde hace cuatro meses está en marcha un programa de orientación que busca beneficiar al 100 % de los trabajadores que han quedado sin empleo.
"Contratamos a un proveedor internacional con el cual diseñamos un programa que está ayudando a las personas a establecer por qué camino quieren llevar su transición profesional", dijo Landázuri.
Como parte del programa se creó una base de datos que ha sido compartida con diferentes gremios y asociaciones para que contacten con estas personas de acuerdo con sus necesidades.
Oramas, que no adelantó cuál será su próximo empleo, cierra una etapa.
"La vida sigue, toca continuar. Seguir luchando, seguir adelante y hasta lo último dar calidad y seguridad", concluyó.