"Está loca por ver a los niños", presa política sufrió parálisis ante amenazas a su libertad condicional

La presa política, Angélica Garrido.

La presa política Angélica Garrido se recupera de una parálisis facial que sufrió el miércoles, en la prisión del Guatao, en La Habana, según ha informado su esposo Luis Rodríguez, quien la visitó el viernes.

Rodríguez dijo a Radio Martí que Angélica está siendo sometida a un constante acoso por parte de las autoridades del penal, que intentan impedir su libertad condicional en septiembre, lo cual le ha provocado mucho estrés.

"Le están levantando reportes, o sea, llevándola a la corte que es un juicio interno por cosas inexplicables. Mentiras que fabrican y se la llevan a la corte", denunció Rodríguez.

Las presiones y amenazas de la Seguridad del Estado que amenazan con no concederle la libertad condicional y los deseos de esta madre de salir de la cárcel para poder reunirse con sus dos hijos y el resto de su familia han debilitado su salud.

"Es un ser humano. Está loca por ver a los niños, ver a su padre, sabe que la libertad condicional ya le llegará en septiembre por la nueva ley", condenó.

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Declaraciones de Luis Rodríguez, esposo de la prisionera política Angélica Garrido.

Entre las acciones represivas de las autoridades del penal se encuentran levantamiento de sanciones, avales de mala conducta y violencia psicológica diciéndole que "su libertad depende de su actitud y comportamiento".

Garrido fue atendida en el Hospital Calixto García, pero ha sido conducida nuevamente a la llamada Prisión de Mujeres de Occidente, la mayor cárcel de mujeres de Cuba.

Sobre la parálisis, su esposo aseguró que Garrido se encuentra recuperada en mayor parte y solo le queda una molestia en el lado derecho y el labio. Además, dijo que la manifestante estaba muy cansada.

Garrido, de 39 años, cumple una condena de tres años de cárcel por manifestarse en las protestas del 11 de julio de 2021, en la localidad de Quivicán, Mayabeque. Su hermana, María Cristina también se encuentra presa por lo mismo y fue condenada a 7 años de cárcel.

Numerosos grupos de derechos humanos y gobiernos como el de Estados Unidos han exigido al régimen castrista la libertad de ambas.