Las autoridades sanitarias cubanas reportaron este miércoles el primer caso de Zika pero, hace semanas, la prensa independiente alertó sobre 21 casos del virus, por lo que expertos temen que pacientes y personal médico confundan esta afección con el dengue.
La estudiante venezolana, cuyo esposo y cuñado contrajeron la enfermedad previamente en Venezuela, no sería el primer caso de un paciente de Zika en la isla, aunque sí el único que recogen hasta hoy los registros oficiales.
El virus, por el que la OMS ha declarado una emergencia sanitaria mundial, se transmite por la picadura del mosquito Aedes Aegypti, también trasmisor del dengue, un mal que ha aquejado a los cubanos durante años.
Los síntomas iniciales del Zika pueden ser muy parecidos a los del dengue, un reto para el personal sanitario encargado de diagnosticar el virus.
El doctor Jorge Martínez advierte que la enfermedad puede enmascararse en un mal diagnóstico y que un caso de Zika puede ser declarado como de dengue.
"Utilizar una prueba de laboratorio" que lo corrobore es la única manera de estar seguros, precisa.
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Aunque los expertos creen que la mayoría de las personas infectadas con el virus del Zika no enferman, quienes sí lo hacen desarrollan síntomas como fiebre, sarpullido, dolor en las articulaciones y enrojecimiento de los ojos. Por lo general, los síntomas no duran más de una semana.
A principios de febrero, el jefe de Control Sanitario Internacional del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), Carmelo Trujillo, dijo a la prensa que los profesionales de la Salud de la isla habían sido capacitados para lidiar con enfermedades como el dengue, el chikungunya y el Zika.
Médicos y enfermeros entrevistados entonces por Martí Noticias dijeron desconocer un protocolo específico a seguir para el control y diagnóstico de la enfermedad.
El doctor Martínez señaló que lo más preocupante es que en Cuba
"no hay una infraestructura creada para lidiar con esta enfermedad" como sí existe en Brasil y otros países de la región afectados por el virus.
Para la erradicación del vector, el Gobierno cubano libra campañas de fumigación cada año, que no han podido acabar con los vertederos de desperdicios en lugares públicos y otras moradas propicias para el desarrollo de larvas y mosquitos.
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El doctor Manrique Iriarte advierte que no es suficiente fumigar. Cuba tiene miles de colaboradores en países con alta incidencia del virus y estudiantes de la región recibiendo educación en la isla, recuerda Manrique.
Desde el 1 de marzo, las autoridades de la isla exigen a los viajeros procedentes de países con casos de Zika un certificado de salud y someterse a un examen médico de ser necesario, para descartar posibles enfermos.