El preso político de mayor edad en Cuba, Armando Sosa Fortuny, falleció en la noche de este lunes en el hospital Amalia Simoni de Camagüey, según informaron las autoridades a un familiar en La Habana.
Víctor Fortuny, primo del fallecido, fue contactado por un oficial del Ministerio del Interior para que se presentase en Camagüey, dijo a Radio Martí Graciela Súarez, madre del preso político Humberto del Real.
En horas de la tarde de este martes, el familiar arribó a esa ciudad capital, confirmó a Radio Martí a través de un correo electrónico el opositor Jiordan Marrero Huerta, presidente del Partido Demócrata Cristiano de Camagüey.
"Hermanos en estos momentos Víctor Fortuny, primo de Armando Sosa Fortuny, acaba de reconocer en Medicina Legal el cuerpo del destacado luchador", escribió.
Según el opositor, Medicina Legal dio 72 horas al familiar para que decida qué hacer con el cadáver.
Marrero Huerta había confirmado en la mañana el fallecimiento del preso político en una llamada telefónica con el periodista Tomás Cardoso, de Radio Martí. La muerte de Sosa Fortuny, señaló "ha estremecido a todas las organizaciones prodemocráticas dentro de Cuba".
Your browser doesn’t support HTML5
Marrero Huerta dijo que en la noche de este lunes estuvo en comunicación con Carmen Velázquez, madre del preso político Misael Canet Velázquez, quien le dijo que en el recuento de prisioneros en la cárcel La Empresita, un oficial pidió un minuto de silencio a los prisioneros por el fallecimiento de Sosa Fortuny.
El opositor contactó al primo del fallecido, quien corroboró la información.
Marrero Huerta dijo que Sosa Fortuny había expresado el deseo de partir al exilio tras ser liberado, y pidió a sus colegas de lucha en Estados Unidos que reclamen sus restos para que descansen "en tierra de libertad".
"El más fervoroso defensor de la libertad"
“Cuba ha perdido uno de los más bravos luchadores por su libertad, quien no vaciló en ningún momento ante el deber de ir a liberar la Patria. Esta muerte es otro crimen más de lesa humanidad cometido por la dictadura que oprime al pueblo cubano hace 60 años”, dijo en un comunicado Orlando Gutiérrez Boronat, secretario nacional del Directorio Democrático Cubano.
En opinión del expreso político y quien fuera embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Armando Valladares, Sosa Fortuny pasará a la historia " como el más fervoroso defensor de la libertad" de Cuba. "Creo que no se hizo lo suficiente para terminar con esa ignominia que fue la cárcel en las condiciones físicas en las que estaba", subrayó.
Your browser doesn’t support HTML5
Otro expreso político cubano en el exilio, Angel de Fana, dijo a Televisión Martí que desde su encierro, que duró más de cuatro décadas, Sosa Fortuny "manifestó esa voluntad de firmeza (...), de idealismo, de amor a la Patria, de sacrificio por la Patria, y lo demostró a través de toda su existencia".
Jorge Luis García Pérez "Antúnez" lo conoció en la prisión Kilo 8, en la provincia de Camagüey. "Desde el principio me impresionó su entusiasmo, su fe, su valentía, su posición a toda prueba. (...) Escuché de él anécdotas desgarradoras del presidio político histórico", dijo el opositor cubano.
Lee también Sosa Fortuny: El presidio político cubano está de lutoAquejado de serios problemas de salud, Sosa Fortuny, de 76 años de edad, permanecía hospitalizado en la capital camagüeyana, y su situación se habría agravado en los últimos días.
Hace dos años, Sosa Fortuny sufrió una isquemia cerebral que le dejó inmovilidad parcial en el hemisferio izquierdo. En agosto pasado, el preso político fue internado de urgencia en el hospital de la prisión de Kilo Ocho debido a un estado de desnutrición y complicaciones de la diabetes que lo aquejaba.
Sosa Fortuny cumplió 25 años de una condena de 30 por acusaciones de "entrada ilegal a Cuba y otros actos contra la Seguridad del Estado". El militante anticastrista se infiltró en Cuba como parte de un grupo armado del exilio el 15 de octubre de 1994, pero no hizo uso de las armas.
Esta era su segunda sentencia, pues había cumplido parte de otra entre 1960 y 1978, tras la cual marchó al exilio. Entre ambas condenas, pasó 43 años en cárceles castristas.
Durante sus largos años en prisión, se le negaron las visitas reglamentarias, los medicamentos enviados desde el exterior y el acceso a llamadas telefónicas en reiteradas ocasiones.
A pesar de su delicada situación de salud, Sosa Fortuny no resultó beneficiado en un indulto reciente en el que las autoridades cubanas dijeron haber valorado cuestiones como la edad y las enfermedades crónicas de los presos.
(Con reporte de Tomás Cardoso y Luis Guardia)